La expansión económica de China en Venezuela

La expansión económica de China en Venezuela

«Son inversiones de países poderosos, potencias mundiales que no vienen con pretensiones de dominar y saquear a Venezuela». Así describía Nicolás Maduro, el actual presidente de la República Bolivariana de Venezuela, las grandes inversiones en su país a comienzos de junio.

El tiempo de la bonanza petrolera en los años setenta, en los que los mismos venezolanos hablaban de una Venezuela Saudita, es historia. En aquel momento, las exportaciones de petróleo estaban en auge y Venezuela era considerada como un modelo para América Latina en cuestiones de democracia. La estabilidad política era notable en comparación con los otros gobiernos de los Estados sudamericanos, que estaban bajo el control de dictaduras militares.

La pasada gloria de la democracia modelo en América Latina desde hace mucho tiempo que ya no se hace sentir. La mala gestión, inversiones equivocadas y la fallida expansión técnica causaron una situación precaria en la que hoy se encuentra el país más rico en petróleo en el mundo.

Consecuencias de la dependencia

Venezuela está al borde del abismo. La hiperinflación, la escasez de suministros y la corrupción la han convertido en lo que es hoy en día: un país con un Estado frágil. Además de la extracción del crudo, no se ha formado ningún otro sector económico que valga la pena mencionar. Esta fuerte dependencia al petróleo muestra ahora sus consecuencias.

En ningún país exportador de petróleo la relación entre las reservas y la extracción del crudo es tan desfavorable y desventajosa como en Venezuela. Se ha descuidado en gran medida la introducción de procesos de modernización para la industria petrolera. El país se enfrenta a una escasez de trabajadores calificados, las refinerías son anticuadas y se encuentran en un desastroso estado técnico. Incendios y explosiones en las fábricas cobran la vida de muchas personas cada año. Como consecuencia, la producción de petróleo sufre y se registran cada vez menos ingresos del área, lo que intensifica la crisis en el país: necesita divisas y tiene que abrirse a inversores extranjeros. Sin embargo, la ayuda financiera está acompañada de una fuerte dependencia hacia terceros.

Cuando Maduro habla de inversiones de países poderosos se refiere esencialmente a un país: la República Popular de China. Así como anteriormente lo ha hecho en gran parte de África, China refuerza ahora su compromiso y sus inversiones también en América del Sur, y mantiene ahí extensas relaciones políticas y económicas. En ningún otro país del continente China invirtió tanto como en Venezuela. En la última década, Pekín ha hecho préstamos por más de 60.000 millones de dólares al país caribeño.

La República Popular de China abastece a Venezuela con todo lo que esta no es capaz de producir para consumo interno. El país caribeño recibe en estos días, por ejemplo, especialistas y expertos en extracción de crudo y nuevos créditos por 5000 millones de dólares. Las divisas apoyarán la economía nacional y se iniciarán procesos de modernización, necesarios en las refinerías y las plataformas petrolíferas. Es lo que se estima.

¿Cómo se debe evaluar este compromiso de China y qué impacto tendrá esta alianza de socios desiguales a largo plazo?

Venezuela no tiene actualmente otra alternativa que la de aceptar cualquier ayuda de inversores extranjeros y sus disposiciones, porque no está en condiciones de actuar financieramente. Mientras que China pueda adquirir petróleo venezolano a un precio muy bajo, Venezuela no le queda más que esperar que el precio del barril suba para poder lograr mayores ingresos. El gobierno chino enfatiza en los intereses mutuos de la relación económica, como si se tratara de una asociación en la que las dos partes están en condiciones de igualdad y en la que ambos podrían beneficiarse.

Sin embargo, esta primera impresión sería atrevida. A largo plazo, China se beneficiará de los bajos precios del petróleo que se han definido por contrato. La cooperación tiene un precio, que Maduro pagará a costa del país y del pueblo. Queda por ver si esta ayuda financiera a través de créditos chinos contribuirá al mejoramiento de la situación política y socioeconómica del país. De todos modos, el margen de acción de Venezuela está tan limitado debido a la situación actual, que la ayuda debe ser aceptada, a pesar de que esto signifique una fuerte dependencia durante largos años

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