GUERRAS, GENOCIDIOS Y OTRAS COSTUMBRES HUMANAS // Mauricio Aliskevicius

 

                                                                                                                          

   Estos días coinciden con las conmemoraciones de estos hechos luctuosos que son los que más diferencian a los seres humanos de los animales. No hace falta aclarar que la diferencia es netamente desfavorable a los seres humanos.

   Hablamos de la shoa (genocidio del pueblo judío por manos del nazismo), el genocidio armenio, y hoy exactamente es el Iom Hazicaron que recuerda a las víctimas israelíes en guerras y atentados terroristas por parte de países árabes y grupos fanáticos musulmanes.

   Haremos hoy una reseña del conflicto armenio, que como se verá está ligado a otros lejos de sus fronteras y que a diferencia con las comunicaciones que leemos en la prensa no se refiere solamente al conflicto por la zona de Nagorno Karabaj, menos aún que sea solamente entre los pueblos de Armenia y Azerbaiyán.

   Como suele repetirse -muy lamentablemente- este tipo de problemas se origina en las luchas entre grandes imperios o por afanes imperialistas de ciertos gobernantes.

   En el año 1915, a raíz de la guerra entre los imperios ruso y otomano, hubo gran movimiento migratorio en la zona. Miles de cristianos ortodoxos huyeron de Turquía, por la masacre que significaba esa guerra, por el rechazo de los musulmanes del imperio otomano, y porque los turcos otomanos consideraban que los cristianos armenios eran colaboradores directos del imperio ruso, en ese entonces -hoy también- enemigo de Turquía.

   La huida era lógica, se habla de un pogromo de alrededor de un millón y medio de muertos. Muchos de los que huyeron se refugiaron en Nagorno Karabaj.

   Aprovechando la caída del zar y el imperio ruso con la revolución de 1917, los azeríes declararon la independencia de Azerbaiyán y su incorporación a la república transcaucásica, entidad federada que se disolvió en mayo del año siguiente, pasando a independizarse varios de sus países, entre ellos Armenia.

   El imperio otomano aprovechó la situación enviando tropas a Azerbaiyán que en 1920 atacaron a Armenia. En ese año se materializa el pogromo de Shusha, con el que los azeríes eliminan a gran parte de la población armenia de las zonas de Nackchiván y Karabaj.

   Ese conflicto entre Rusia y el imperio otomano terminó con la victoria rusa, y en la misma época el imperio ruso pasó a ser la URSS creada por la revolución comunista.

   Desde el gobierno, Lenin distribuyó poblaciones y fronteras, adjudicando el enclave de Nagorno Karabaj a Azerbaiyán y la zona de Syunik a Armenia.

   Como es sabido, tanto el gobierno de Lenin como después el de Stalin, modificaban fronteras y mudaban en bloque habitantes de una nación a otra para asegurarse el dominio absoluto.

  De esta política, resultó Azerbaiyán partida en dos territorios a ambos lados de Armenia, uno de ellos llamado Nackchiván, con lo que lograban eliminar la conexión directa entre Azerbaiyán y Turquía, sus recientes enemigos en la guerra.

   Los armenios insistían en que Nackchiván era parte de su territorio, que había sido vaciado de armenios por los turcos. Por otra parte sucedía algo similar con Nagorno, que era reclamada por Azerbaiyán.  La URSS solucionó este problema forzando la “pacificación” entre las partes, y creando dos corredores que comunicaban geográficamente las dos zonas en que quedó dividida la población azerí.

   Esa “pacificación” duró hasta que en 1989, aprovechando que la URSS se estaba debilitando y desintegrando, los azeríes comenzaron una revolución. Fue entonces que atacaron los puestos fronterizos que los unían con Irán, porque la población azerí en territorio iraní era prácticamente dos veces la que vivía en Azerbaiyán. 

   Se debe tomar en cuenta como influencia menor pero existente, que mientras gobernó la URSS existió una prohibición total de las religiones, mientras que la población azerí y la iraní eran musulmanas en su mayoría.

   Si Azerbaiyán tenía más población fuera del país que entre sus fronteras, a Armenia le sucedía algo similar. Como dato ilustrativo diremos:

Armenios: en Armenia ………………………………………………………………….. 3.000.000

                    en el exterior ……………………………………………………………… 12.000.000

Azeríes: en Azerbaiyán …………………………………………………………………  10.000.000

               en el exterior…………………………………………………………………..   30.000.000     

   De los azeríes en el exterior destacamos: 20 millones en Irán, cerca de un millón en Turquía, más de medio millón en Rusia.

   Gracias al colapso de la URSS, los armenios de Alto Karabaj ganaron un plebiscito que logró que esa zona se unificara con Armenia. Quedó pendiente una reclamación de Azerbaiyán que pretende que es suyo ese territorio, y que los armenios expulsaron a azeríes en una cifra aproximada a 800.000 personas.

   Por tal motivo comenzó una guerra en Alto Karabaj que duró hasta 1994, dejando un total de unos 25.000 muertos entre ambas poblaciones.  Rusia envía una fuerza militar que obtiene un alto el fuego, y Armenia queda en posesión de una parte del territorio enemigo.

   Esa guerra no solucionó los problemas, Azerbaiyán exige más territorios, como ser Zangazur ( o sea la Syunik armenia) y aunque controla todo Nagorno, no puede unir físicamente una parte (Nackchivan), por lo que queda dependiendo de dos corredores que le concede Armenia: Meghri y Lachin.

   Se podría decir que el problema Armenia-Azerbaiyán fue primero entre el imperio ruso y el imperio otomano, pasando después a ser casi interno soviético.

   Hasta aquí Turquía -ex cabeza del imperio otomano- no entraba en la ecuación.  Tenía grandes problemas internos, tanto políticos como religiosos, hasta que en el año 2014 llegó al poder Recep Tayip Erdogan.

   Se establece un paralelo entre Erdogan en Turquía y el presidente Aliyev en Azerbaiyán. Ambos llegan y se mantienen en el poder con maniobras políticas, algún fraude electoral, y un islamismo y un nacionalismo que los une.  No sucede lo mismo con el presidente armenio Sergasian, que siendo igual de nacionalista, preside un país cristiano, y en el 2018 tuvo que renunciar.

   Se da la situación de que Armenia se acerca a la Federación Rusa de Putin, porque entre otras cosas lo unen un cristianismo ortodoxo, mientras que Azerbaiyán se acerca a Turquía. 

   Recep Erdogan, hábil gobernante, promete a su población volver a la gloria del viejo imperio otomano, y para eso intenta aprovechar la etnia turco-otomana de varios países de la zona asiática. Por eso Armenia le significa una barrera geográfica para tener frontera con el resto de Asia.

   En un principio Erdogan no utiliza el argumento de hermandad religiosa, pero sí trata de usar al máximo su conflicto con la iglesia ortodoxa armenia, y con la griega, ya que Grecia es  gran adversario histórico de Turquía.  

   Pero después da un gran paso en esta rivalidad, cuando en julio del 2020 convierte la catedral de Sofía -hasta entonces museo- en una mezquita. Con esto logra un fuerte apoyo de gran parte de la población turca, de los azeríes (mayormente musulmanes) aunque paralelamente se pone a Putin en su contra.

   En setiembre del mismo año Azerbaiyán, con armamento proporcionado por Turquía, ataca a Armenia. En dos meses se apoderan de la parte norte de Nagorno y Shusha.

   Putin envía un ejército ruso a la zona, diciéndole claramente tanto a Azerbaiyán como a Turquía que si tocan a su ejército será una provocación. En noviembre Putin logra que se firme una tregua, y queda un contingente de 2.000 soldados rusos para asegurar la paz.

   En los dos años siguientes hubo incidentes, escaramuzas, pero Putin no quiso demostrar públicamente su enojo con Erdogan, porque ya tenía planificada la invasión a Ucrania mientras mantenía también ejército en Siria, posiblemente calculó que no podía tener tantos frentes de guerra juntos.

   Azerbaiyán, no conforme con lo que ya había conquistado, en el 2021 continuó intentando lograr más territorio armenio, apoyado ahora por Turquía.

   Quedan a la vista dos problemas: Por un lado Armenia ve cada vez más achicarse su territorio, y por otro lado Rusia precisa una conexión geográfica con Irán.

   En febrero del 2022 Rusia invade a Ucrania, y a partir de ese momento se empieza a ver que el ejército ruso no es tan fuerte como se pensaba, y que está en varios frentes (Ucrania, Armenia, Siria). Erdogan aprovecha la debilidad rusa para atacar a los kurdos, sobre todo porque Putin retira de Armenia y Siria parte de su ejército.

   Estamos ante dos gobernantes sumamente inteligentes, también poderosos y despóticos. Putin no quiere enfrentarse directamente con Erdogan, no le conviene y tal vez calculó que no le dan las fuerzas para tanto, por lo que utiliza el sistema de “proxis”, haciendo que Irán movilice una parte de su ejército en la frontera de Azerbaiyán.

   Putin necesita a Irán para que le suministre armamento que utiliza en Ucrania, Irán necesita a Rusia como socio militar y económico. Además el gobierno de los ayatollahs tiene en este momento un gran problema de revolución interno. Y los principales focos de esa revuelta están justamente en las zonas donde la mayoría de sus habitantes son kurdos y azeríes, por lo que con su ejército allí puede luchar contra la rebelión y tiene el pretexto que le brinda Putin.

                                                                25 de abril 2023               

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