
LA DIALÉCTICA DLE AMO Y EL ESCLAVO
Uno de las ideas clave del pensamiento de Hegel, que posteriormente influirá rotundamente en Karl Marx, es lo que se ha llamado “LA DIALÉCTICA DEL AMO Y EL ESCLAVO”.
Si bien Hegel no utiliza este nombre como tal, sí que sintetiza una parte de su famosa Fenomenología del Espíritu, libro en donde intenta describir el camino de la conciencia para alcanzar el conocimiento de sí misma y del mundo. ¿Qué significa entonces la dialéctica del amo y el esclavo? Veámoslo de forma simple.
Dialéctica significa en primer lugar, la forma en la que las cosas se transforman. Así, por ejemplo el camino que sigue una persona, con todas sus dificultades, para pasar de la infancia a la adultez, es un camino dialéctico, pues es un camino de transformación.
La dialéctica del amo y esclavo describe entonces, de una forma general y abstracta, la forma en la que dos voluntades (pueden ser dos personas o sociedades), se conocen por primera vez, se entienden mutuamente, se enfrentan y se reconocen. Para Hegel, el enfrentamiento de las conciencias es una parte necesaria en el camino del auto conocimiento y de la libertad.
Hegel parte de una conciencia que ha descubierto el mundo, y por lo tanto se ve a sí misma como un “yo” diferente del mundo, aun sin profundizar demasiado en el conocimiento de sí misma, aunque al entenderse como un yo distinto del mundo, es ya una “auto conciencia”, es decir que es un yo que se comprende como existiendo: hablamos por lo tanto de una conciencia humana.
Esta auto conciencia, sin embargo, tarde o temprano, se topará con otra auto conciencia y descubrirá que esta otra auto conciencia tiene en parte características similares a sí misma, como cierta libertad, capacidad de pensamiento, etc., pero también tendrá características diferentes, como deseos e ideas distintas.
Esto podría ejemplificarse por ejemplo, en el contacto entre diferentes civilizaciones, como el que hubo cuando los europeos llegaron por primera vez a América: dos formas diferentes de ver el mundo se conocían por primera vez y hubo un choque de voluntades.
Según describe Hegel, la auto conciencia no puede profundizar en sí misma y conocerse, si no hay otra auto conciencia que la reconozca como tal. Así, cuando dos auto conciencias interactúan por primera vez, ambas quieren que la otra la reconozca; sin embargo, al verse como voluntades distintas, las dos auto conciencias se enfrentan: cada una quiere dominar a la otra.
Surge así una lucha a muerte por el reconocimiento; cada una quiere estar por encima de la otra; sin embargo, en determinado momento de esta lucha a muerte, surgirá en alguna de las dos, el temor a morir, habrá debilidad por este temor, y así, aquella auto conciencia que desprecie el temor a la muerte, ganará la batalla, mientras que la auto conciencia que fue víctima del temor, perderá.
Surgirá así una relación de desequilibrio, pues por un lado, la auto conciencia ganadora quedará como dominante, y la auto conciencia perdedora quedará como esclava o sierva; sin embargo, este proceso dialéctico aun está lejos de la libertad y de la comprensión profunda del mundo y del yo. Pues aquella auto conciencia dominante, limitará su contacto con la realidad, ya que al tener servidumbre, dejará el trabajo en manos del siervo o esclavo.
El siervo obviamente tampoco tendrá libertad, pues solamente hará lo que su señor le indique. Sin embargo, poco a poco los papeles comienzan a invertirse, pues gracias al trabajo, gracias a su contacto directo con el mundo, al hecho de transformarlo y aprender de este proceso, la auto conciencia dominada obtiene poder sobre el mundo, mientras que la auto conciencia dominante se vuelve perezosa y dependiente de sus siervos.
Esto dará paso, dada una segunda oportunidad, si la auto conciencia esclava es capaz de soportar el temor a la muerte, de independizarse y rebelarse, y así, ambas partes llegarán a una nueva comprensión de sí mismas, comprendiéndose como capaces de libertad aun en su diferencia.
Como toda la obra de Hegel, esta idea ha dado lugar a múltiples interpretaciones, si bien su influencia en el marxismo es clara, considerando que los trabajadores, aquellos que modifican directamente el mundo de la materia, son quienes profundizan más en el conocimiento, gracias a su experiencia, y son por lo tanto, a través de su revolución, los portadores de la libertad del hombre.
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