NADIE SABE LO QUE PUEDE UN NOMBRE

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– Pablo Cúneo –

El tabú del nombre es una practica mas extendida de lo que se cree. Abarca diferentes grados y ámbitos.

1. El tabú a mencionar nombres y sílabas de nombres propios de personas vinculadas por alianza de matrimonio. Asi las mujeres de los cafres en Africa Occidental al no poder decir el nombre del marido no pueden usar palabras que tengan las sílabas enfáticas del mismo, lo que genera toda una complicación en el uso de la lengua paraellas. Los hombres no pueden decir el nombre de su suegra ni ésta la de su yerno, pero a diferencia de lo que ocurre con las mujeres los hombres no tienen limitaciones en usar palabras con las sílabas enfáticas del nombre prohibido. Hay lugares donde son prohibidas las palabras comunes cuyo sonido se asemejan a los nombres que no se pueden pronunciar.

2. El tabú a propnunciar su propio nombre. Así en Madasgacar una persona no puede decir su propio nombre mientras no tienen inconveniente en que otros sí lo pronuncien. Y muchas veces lo que hay es un ocultamiento del su propio nombre. Hay lugares donde el tabú del nombre propio no es permanente sino temporal, una vez acabada determinada tarea como ir a pescar o a la guerra retoman los mismos.

3. El tabú de pronunciar nombres de muertos. Esto se presenta en muchas tribus australianas, entre los guajiros incluso se pena con la muerte. De ahí que no haya una repeticion del nombre a nivel familiar transmitido de generación a generación. En Australia como en los indios en Norteamerica ocurre que quienes tienen el mismo nombre de alguien que muere sustituyen su nombre por otro. También se da que los familiares del muerto cambian su nombre aunque sus nombres sean diferentes. La idea sería que la muerte al conocer sus nombres no vengan por ellos. Si el nombre del muerto coincide con el de algunas cosas los nombres de estas se reemplazan, generando así un léxico que cambia constantemente.

4. Tabú del nombre de jéfes y reyes. En algunos lugares si se los nombra puede castigarse con la muerte y en caso de muerte del rey no se puede pronunciar ni tampoco las palabras que se asemejan por el sonido o por tener algunas silabas en común.
Dice Frazer: “Cuando un rey sube al trono de Tahití, se cambia la pronunciación de todas las palabras corrientes que se asemejan a su nombre propio”.
En la antigua China se prohibía pronunciar así como escribir el nombre del Emperador y sus ancestros más cercanos. Y como los nombres estaban formados por palabras muy usuales esto afectaba al léxico en su conjunto, tanto en los textos escritos como en el uso del habla. A su vez llevaba a que ante el surgimiento de un nuevo Emperador se tuvieran que cambiar los nombres propios que contuvieran algún morfema considerado tabú. Así en el caso de Li Shimin lo prohibido afectaba no solo a todo el nombre sino tambien a los terminos shi y min por separado. Contrariamente en Mesopotamia en las monarquias donde el rey era divinizado en vida los funcionarios incluian en su nombre propio el nombre del rey.
En la Antigua Grecia no se pronunciaba en vida los nombres de los sacerdotes que se vinculaban con los misterios eleusinos.

5. El tabú del nombre de dioses. En Egipto el dios Ra tenía un nombre que solo el conocía y que le daba el poder, apropiarse del nombre era apropiarse del poder del dios. Cuando el mago lograba conocer el nombre del dios, este quedaba sometido al hechicero. En la tradicion judía no se puede pronunciar el nombre de Dios y al igual que en la tradicion mesopotámica algunas de las letras que componen el tetragrama (las cuatro consonantes conocidas del nombre) son utilizadas habitualmente para incluirlas en el nombre del sujeto. A estos nombres se los conoce como teóforos (de Theo, en griego dios) pues llevan el nombre de Dios en su nombre.

Ver Frazer – La rama dorada.

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