ANA FRANK, MÁS ALLÁ DE LA TRIVIALIZACIÓN Y LA DESMEMORIA

Por Lic. Psic. Jorge Schneidermann *

 

La afrentosa banalización de la figura de Ana Frank a instancias de un programa de entretenimiento recientemente emitido en Argentina, constituyó una flagrante muestra de insensibilidad y profundo desconocimiento de lo que ella representa, ya no sólo para el pueblo judío, sino para la humanidad toda.

En el vale todo mediático nada debería a esta altura sorprendernos, menos aun tratándose de ciertas propuestas alienantes, cosificantes y decididamente apartadas de la ética, el buen gusto y el respeto por el otro.

Como solía sostener el inefable escritor uruguayo Julio César Castro, gratamente recordado en ambas márgenes del Plata a partir de las andanzas de “Don Verídico” (inefable personaje magistralmente interpretado por Luis Landriscina): “el humor es cosa seria”.

En nombre de la espontaneidad y el desenfado, durante décadas estos exitosos productos mediáticos han trajinado las pantallas desentendiéndose de un concepto elemental: el arte, bien entendido, debe enaltecer la condición humana y, por ende, jamás menoscabar la dignidad del otro.

“Yo no soy esa mujer que no sale de casa. Yo no soy esa niña consentida, mimada, perdida”, así rezaba la letra de la canción de Paulina Rubio interpretada en esta ocasión por Sofía “Jujuy” Jiménez en Showmatch, hecho que hubiese pasado inadvertido para muchos, de no mediar la reprobable proyección en el set de la imagen de Anna Frank.

Queda claro que los responsables de este programa no tomaron en consideración la futilidad de asociar la imagen de esta emblemática adolescente a las trivialidades de un programa de variedades, con todo lo que ello significa.

Si lo que se pretendió fue rendir tributo a la memoria de Ana, existen formas y contextos más adecuados para hacerlo…

Se trató de un hecho totalmente evitable y, si de homenajear a la plétora de mujeres que a lo largo de la historia descollaron por sus magníficos aportes a la ciencia, el arte y la cultura, seguramente hubiese sido mucho más oportuno evocar a Simone de Beauvoir, Aurore Dupin (“George Sand”), Marie Curie, Florence Nightingale, Rosa Parks, Rosalind Franklin, Golda Meir, por citar simplemente algunas.

Quizás la mejor manera de prevenir tamaños desaguisados sea recurrir, de una vez y para siempre, al más eficaz de los conjuros contra la ignorancia y la desmemoria: la educación.

He aquí a disposición de los lectores de Mensuario Identidad el link de acceso al video de la entrevista que recientemente me realizara la psicoanalista y comunicadora Susana Rasinsky en Radio La propuesta de Buenos Aires, acerca de las circunstancias socio-históricas que ambientaron la peripecia vital de Ana Frank y su familia.

* Psicólogo clínico, ensayista y comunicador.

Agosto de 2021.

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