El ataque al edificio de la AMIA—–18 de Julio

El aislamiento

El próximo 18 de julio se cumplirán 27 años del atentado terrorista más grande ocurrido en América Latina hasta el momento. El ataque al edificio de la AMIA, que se llevó consigo la vida de 85 personas y cientos de heridos, puso al descubierto lo que por entonces se sospechaba y hoy seguimos comprobando: se puede perpetrar un atentado terrorista de carácter internacional con logística local sin consecuencias ni judiciales ni políticas para sus ideólogos, perpetradores y levemente para sus encubridores.
Por Leo Naidorf

Este nuevo aniversario encontrará en la agenda política del caso un eje central que es la definición de la Justicia acerca de la nulidad de la causa por el fallido Memorándum de Entendimiento con Irán, impulsado por el Gobierno Nacional en 2014 y aprobado por el Congreso Nacional en ambas cámaras. En el medio, ocurrió el fallecimiento del ex canciller Héctor Timerman en un contexto de oscura persecución político-judicial que enloda aún más el actuar y los efectos de la Justicia Federal.

…de la demanda de Memoria Activa al Estado argentino, que reconoció su responsabilidad en 2005, da cuenta no sólo de la falta de resultado relevante alguno en la investigación y en el esclarecimiento de la causa central por el Atentado, sino que explicita aquello que hoy, por otras razones, sí se encuentra en el eje central del debate político y social de Argentina: la connivencia instituida de sectores de la inteligencia, la Justicia Federal y actores de la política nacional para brindar impunidad a todo tipo de delitos que, como en este caso y en el del Atentado a la Embajada de Israel, desembocan en crímenes de lesa humanidad.
También este será el primer aniversario tras la muerte del ex presidente Carlos Menem, pieza central para entender tanto los motivos, la logística necesaria como el encubrimiento del atentado. Todo esto a pesar del fallo absolutorio del Tribunal Oral Federal 2 en la causa por el Encubrimiento. Sin embargo, el Tribunal sí halló probadas las maniobras encubridoras por un pago irregular de 400.000 dólares al acusado Carlos Telleldín y su ex esposa Ana Boragni por parte del primer Juez de instrucción de la causa, Juan José Galeano; con connivencia de los fiscales Eamon Mullen y Jose Barbaccia; el entonces jefe de la SIDE, Hugo Anzorreguy; su Subsecretario, Juan Carlos Anchezar; el Comisario de la Policía Federal Carlos Castañeda. En definitiva todo ese entramado habría ocurrido bajo el desconocimiento absoluto de quien fuera presidente de este país por diez años.
Quedará entre los últimos recuerdos la frase pronunciada por Menem en 2016 alegando que sabía quiénes eran los autores del atentado, para luego diluirse en una vaga acusación a la organización Hezbollah, de lo cual no aportó prueba alguna.
Del juicio por Encubrimiento queda también la denuncia de la abogada por parte de la querella estatal, Mariana Stilman, sobre presiones del ministro de Justicia, Germán Garavano, para exculpar a los fiscales Mullen y Barbaccia. Posición sostenida también por la querella de las instituciones centrales de la comunidad judía.

El viejo edificio de la Amia, destruido en el atentado

El Ministro Garavano, quien asombrosamente fuera elegido para representar la voz oficial en un acto por el aniversario del Atentado a la Embajada de Israel, tuvo también bajo su mandato la creación y posterior desmantelamiento de la Secretaría AMIA, a cargo del radical Mario Cimadevilla. Fue el propio ex senador por Chubut quien denunció las presiones de Garavano y del presidente Mauricio Macri para no avanzar con las investigaciones. El seguimiento de la causa pasó entonces a una órbita de tercer nivel en la jerarquía ministerial bajo el ala de Claudio Avruj, ex Director Ejecutivo de la DAIA y entonces Secretario de Derechos Humanos de la Nación.
A propósito de ello y de los intentos de Avruj por recuperar terreno en el liderazgo comunitario, se expresó públicamente meses atrás Luis Czyzewski, padre de Paola una de las 85 víctimas del Atentado. En su escrito al medio Vis a Vis, Czyzewski expresó su enérgico repudio a las declaraciones de Avruj, en relación a su compromiso con el esclarecimiento de la causa AMIA.
En tanto, la muerte aun no esclarecida del Fiscal Alberto Nisman echa otro manto de desvío al esclarecimiento del atentado. Su único legado parece ser una denuncia doblemente desestimada por los jueces Daniel Rafecas y Ariel Lijo, y revitalizada por los jueces Gustavo Hornos y Mariano Borinsky. La casi segura nulidad de dicha acusación, sumada a la investigación de estos magistrados como parte del entramado judicial macrista, dan a entender que los reclamos de justicia por la muerte de Nisman, y la acusación por el Memorándum, solamente reditúan en el juego político del discurso anti K, sin ningún saldo relevante ni pertinente para el acceso a la justicia esperada.
El escenario actual encuentra a la causa AMIA en una situación de virtual aislamiento político y judicial, quedando sólo como pieza de intercambio en los vaivenes geopolíticos más vinculados a negociaciones de deudas externas y compromisos internacionales que a la seguridad física y jurídica de los ciudadanos argentinos en general y la comunidad judía en particular.
El período transcurrido desde el 18 de julio de 1994 a la fecha, deja como saldo positivo el compromiso constante de algunos familiares, entre otros los agrupados en Memoria Activa, entre voces que se apagan -por agotamiento, indiferencia o vidas que se fueron perdiendo en estos años- esperando por señales que den un nuevo vigor en la búsqueda de justicia

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