
RIVLIN BUSCA ENCUADRAR EL CÍRCULO
El presidente de Israel, Reuvén Rivlin, aboga por acuerdos para crear alianzas poco convencionales para formar gobierno y evitar unas quintas elecciones en poco más de dos años, después de que las legislativas del 23 de marzo dejaron nuevamente una Knéset fragmentada y sin mayorías.
Tras recibir oficialmente los resultados definitivos de las parlamentarias, Rivlin dijo que espera que los funcionarios electos sean suficientemente sabios como para escuchar a la población de Israel y a su demanda de alianzas poco convencionales, cooperación entre sectores y trabajo profesional para los ciudadanos.
Así, destacó que durante los próximos días considerará qué candidato tiene la mejor oportunidad de formar gobierno, al que trasladará el mandato para intentar ensamblar un ejecutivo, antes de descartar que sus diferencias con Netanyahu puedan afectar a su decisión.
El mandatario esplicó que su principal consideración serán las oportunidades de formar un gobierno que cuente con la confianza de la Knéset, apruebe unos Presupuestos y sane a la nación.
Rivlin reconoció que la crisis política en la que está sumido el país desde finales de 2018, cuando arrancó el proceso de convocatoria de elecciones anticipadas, debilitó a la democracia israelí, si bien manifestó que los israelíes son más fuertes que esta crisis.
Está previsto que Rivlin inicie el lunes sus contactos con representantes de los partidos con representación parlamentaria para escuchar sus recomendaciones al cargo de primer ministro de cara a la concesión del mandato a tal fin. Ese mismo día se celebra una nueva sesión del juicio contra Netanyahu por presunta corrupción.
Posteriormente, los parlamentarios electos jurarán sus cargos el 6 de abril, mientras que el presidente tendría que anunciar un día después a quién concede el mandato para intentar ensamblar un ejecutivo. En estos momentos, Netanyahu y los líderes de Yesh Atid y Iemina, Yair Lapid y Naftali Bennett, figuran como los tres políticos con más posibilidades.
Los resultados de las elecciones revelan que el Likud de Bibi se haría con la victoria con 30 escaños, por delante de los 17 obtenidos por Yesh Atid y los nueve obtenidos por el ultraortodoxo Shas.
Por detrás figuran Kajol Laván, con ocho escaños, y Iemina, el Partido Laborista, Iahadut Hatorá e Israel Beitenu, con siete escaños cada uno. La Lista Conjunta Árabe, Sionismo Religioso, Tikvá Jadashá y Meretz suman seis escaños, por los cuatro de Ra’am, que se separó de la Lista Árabe Conjunta.
La situación deja al bloque favorable a Netanyahu con 52 escaños, por los 57 de la oposición, mientras que Iemina y Ra’am podrían terminar por conceder la mayoría a cualquiera de las dos partes en caso de acuerdo, lo que desencadenó contactos para intentar acercar posturas.
Lapid estaría dispuesto a permitir que Bennett fuera primer ministro en un acuerdo de rotación, siempre y cuando no reciba el mandato para hacerlo, después de que el líder de Tikvá Jadashá, Gideón Saar, le pidiera que dejara de lado los egos, en aparente referencia a permitir a Iemina formar gobierno.
Fuentes de Yesh Atid resaltaron que, para lograr este acuerdo, Bennett debería anunciar que se une a Lapid y aceptar que el líder de este partido sea primer ministro durante el mandato. Así, sostuvieron que la formación teme que Bennett no quiera realmente sustituir a Netanyahu y huya con Bibi tras aceptar el mandato.
En ese sentido, respondieron igualmente a Saar que la posibilidad de no recomendar a Lapid por parte del bloque opositor – en el que Iemina y Tikvá Jadashá figuran como representantes del espectro derechista – implicaría recomendar a Netanyahu.
Las legislativas del 23 de marzo, las cuartas en cerca de dos años, fueron convocadas tras el colapso del gobierno de unidad pactado por Netanyahu, y el líder del opositor Kajol Laván, Benny Gantz, por la falta de acuerdo en torno a los presupuestos.

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