Invitación a la filosofía; André Comte-sponville

-Capítulo 1, la moral:

Ideas fundamentales:

-Nos equivocamos respecto al sentido de la moral. Su verdadera función no es castigar, reprimir, condenar. La moral empieza allí donde no es posible castigo alguno. La moral empieza en el momento en que somos libres. El temor, por ejemplo, a ser castigado no es moral, es precaución.

-Ese anillo del que habla Platón, el anillo de Giges, que pudiera hacerte invisible cuando quisieras… Giges no supo resistirse a las tentaciones de este anillo: aprovechó sus poderes mágicos para entrar en palacio, hacerse con el poder, y ejercerlo en su propio beneficio. El que cuenta esta historia concluye que el bueno y el malo sólo se distinguen por la prudencia o la hipocresía. No por la moral.

-¿Tu moral? Lo que te exiges a ti mismo, no en función de la mirada del otro, sino en tu propio nombre y en tu concepción del bien y del mal. Concretamente, el conjunto de reglas a las que tú te sometes.

-Tu no vales más que el bien que haces, el mal que te prohíbes, y sin otro beneficio que la satisfacción de obrar correctamente. “Hacer el bien y sentirse dichoso” (Spinoza). Tú eres lo que tú haces.

-¿Qué es la moral? Es el conjunto formado por lo que un individuo se impone o se prohíbe a sí mismo, pero no para aumentar su bienestar, sino para tomar en consideración los derechos del otro. La moral responde a la pregunta “¿Qué debo hacer?”, es la ley que me impongo a mi mismo. “¿Qué debo hacer?” y no: “¿Qué deben hacer los demás?”. La moral sólo es legítima en primera persona.

-Moralmente, sólo podemos ser juzgados por Dios o por nosotros mismos. Este tu saber de ti mismo es lo que denominamos conciencia, el único juez que moralmente importa.

-No hay una moral absoluta.

-¿Quieres saber si tal o cual acción es buena o mala? Preguntate que ocurriría si todos se comportaran como tú. Es necesario que te prohíbas a ti mismo lo que condenarías en los demás. Una acción sólo es moralmente buena si, como dice Kant, se realiza “sin esperar nada a cambio” y vale para todos.

-¿Se necesita un fundamento para legitimar esta moral? No. El mal no se refuta. Contra el mal lo que necesitamos no es tanto un fundamento cuanto valor. La voluntad basta, y vale más.

-La moral no lo es todo, pero siempre es necesaria.

 

Sócrates, por Lisipo.

-Capítulo 2, la política:

Ideas fundamentales:

-El hombre es un animal sociable: sólo puede vivir y desarrollarse en sociedad. Pero también es una animal egoísta. Por esta razón necesitamos la política. Para que los conflictos se zanjen de una manera que no sea la violencia. Para librarnos del miedo. Por esta razón necesitamos un Estado. ¿Cómo no habríamos de interesarnos por la política? Todo depende de ella.

-¿Qué es la política? Es la gestión pacífica de los conflictos, de las alianzas y de las relaciones a escala social. Supone un gobierno. Supone unos enfrentamientos regulados. Supone cambios. La política comienza donde cesa la guerra.

-El soberano, aquel que concentra el poder, puede tratarse de un rey o un déspota (monarquía absoluta); de un pueblo (democracia) o un grupo de individuos (una clase social). También puede tratarse de una mezcla de estos tres tipos de soberano. Sin ese poder, no habría política.

-Sabemos que es necesario un poder y que hay que guardarle obediencia. Pero no a cualquier poder. Queremos obedecer libremente “todos juntos”.

-La política presupone un desacuerdo. La política nos une oponiéndonos. El final de la política sería el final de la humanidad, de la historia; que al contrario, solo pueden continuar.

-¿Pero como es posible vivir juntos… y para qué? Ésta es la mayor duda. Todos hemos de reflexionar y participar en el debate. Ocuparse de la vida en común, del destino común, es una tarea esencial de todo se humano. No participar en la política es renunciar a parte de tu poder. El apoliticismo es a la vez un error y una falta. Es, como decían los griegos, ser idota.

-Moral y política. La moral no tiene fronteras; la política sí. La moral solo conoce a los individuos; la finalidad de la política es defender un pueblo concreto. La política no es lo contrario del egoísmo: es ser egoístas juntos, haciendo que los intereses converjan. Por ejemplo, la solidaridad es una forma de defenderse entre varios (política); la generosidad es una forma de sacrificarse por los demás (moral). Desde el punto de vista moral, la generosidad es superior a la solidaridad. Desde el punto de vista político, la solidaridad es más urgente. No obstante, no son incompatibles. Repito: la política no es una forma de altruismo, es un egoísmo inteligente y socializado. Esto no sólo no la condena, sino que la justifica.

-Diferencias entre Moral y Política (necesitamos ambas):

-La moral es desinteresada. La política no.

-La moral es universal. La política es particular.

-La moral es solitaria. La política es colectiva.

-Hay que hacer política porque la moral no basta, la economía no basta. ¿Por qué la política? Porque somos ciudadanos.

-No lograremos rehabilitar la política, como urge hacerlo, insultando continuamente a quienes se encargan de hacerla. Entre los ángeles y los animales está la política. Por eso Aristóteles tenía razón: “el hombre es un animal político”. El mundo no deja de cambiar, una sociedad que no cambia, se extingue. Por eso hay que actuar, luchar… Para esto sirve la política. La historia no es un destino, es lo que nosotros hacemos juntos. Esto es, precisamente, la política.

El Congreso español, s XIX

-Capítulo 3, el amor:

Ideas fundamentales:

-El amor es el tema más interesante, no solamente en sí mismo por la felicidad que promete, sino también indirectamente porque todo interés lo presupone. Así pues, hay que amar el amor o no amar nada. Por eso el amor es el único problema filosófico realmente serio. Es el amor lo que nos hace vivir, pues sólo él torna la vida digna de ser amada. Es el amor lo que nos salva; es, pues, el amor lo que hemos de salvar.

-Pero ¿qué amor? ¿Y amor a qué? El amor es múltiple. Se puede amar el dinero, a Dios… Frecuentemente sólo nos amamos a nosotros mismos, y esto es un peligro.

-Los griegos se sirvieron de tres palabras para designar tres amores diferentes. Éros, philia, agapè.

Éros: es la falta, es la pasión amorosa. Es el amor según Platón. Es el más fácil. El más violento. El amor que toma y quiere poseer. El secreto de la religión. No hay amor (éros) dichoso.

Philia: el amor no siempre es falta: a veces amamos lo que no nos falta. Philia. El amor según Aristóteles. Es el secreto de la felicidad. No hay amor (philia) desdichado. ¿La amistad? Así se traduce comúnmente el término philia, pues la amistad no es exclusiva ni del deseo, ni de la pasión, ni de la familia, ni de la intimidad. Es el amor de benevolencia y el secreto de las parejas felices. Amar es alegrarse y querer el bien de aquel a quien se ama.

Agapè: ni Platón, ni Aristóteles hicieron uso nunca de esta palabra. De repente, un pequeño judío empezó a decir cosas como: “Dios es amor… Amad a vuestro prójimo… Amad a vuestro enemigo”. ¿Qué amor es este? Agapanagapècaritas… caridad ¿De qué se trata? Del amor al prójimo, aquel que ni nos falta ni nos hace bien, pero que está ahí.

Éros, philia, agapè. Los tres son necesarios. Están relacionados. Son tres polos de un mismo campo, amar; tres momentos de un mismo proceso, vivir. Éros está primero; agapè es el fin; philia es el camino.

-Declaración filosófica de amor:

Está el amor según Platón: “Te amo, me faltas”

Está el amor según Aristóteles: “Te amo, tu eres la causa de mi gozo”.

Está el amor según Weil: “Te amo como a mi mismo, que no soy nada; te amo como nos ama Dios”.

Éros. Philia. Agapè.

Gracias por ser lo que eres, por existir y ayudarme a existir.

 

« Couple amoureux », s. XVI

-Capítulo 4, la muerte:

Ideas fundamentales:

-La muerte es algo necesario, toda nuestra vida lleva su marca; pero imposible, pues en la muerte no hay nada que pensar. ¿Qué es la muerte? No lo sabemos. Este misterio vuelve misteriosa (y valiosa) nuestra vida. Este misterio constituye el principio de la humanidad.

-¿Qué es la muerte? La muerte no es nada (Epicuro) La muerte es otra vida, prolongada, purificada (Platón). Son éstas dos formas de negarla. El término medio no es más que el reconocimiento de lo que las dos primeras tienen de frágil. Es necesario que la muerte sea algo, o bien que no sea nada. Pensar en la muerte es disolverla.

-¿Por qué reflexionamos sobre un cuestión que no podemos resolver? Porque toda nuestra vida depende de ella. Esto es lo que la humanidad denomina los mortales: no quienes van a morir, sino quienes saben que van a morir. El hombre es un animal metafísico; por eso la muerte es su problema. Un problema que no hemos de resolver, sino afrontar.

-“Que filosofar es aprender a morir…” Está, en primer lugar, el sentido que le daba Platón: la muerte es la separación del alma y del cuerpo. Una vida más pura, más libre. En segundo lugar, el sentido que le daba Montaigne: la muerte no sería “el fin” sino “el final” de la vida, su término, su finitud. Hemos de prepararnos para la muerte, aceptarla, pero sin permitir que nos arruine la vida.

-¿Y la angustia y el coraje? No son más que un momento. Más valiosa es la despreocupación, que es la aceptación serena. Filosofar sólo es aprender a morir porque es aprender a vivir. Lo valioso es la vida, y solo ella.

-Entonces, ¿otra vida o absolutamente nada? Entre estas dos alternativas, debemos elegir una o negarnos a elegir y dejar abierta la cuestión. ¿Cómo pensar la verdad de la vida sin pensar también en su mortalidad? En relación con todo ser finito, existe siempre otro más fuerte. Esto es reconocer que todo ser vivo es mortal. La naturaleza es más fuerte que nosotros. Por eso morimos.

-Para unos, la muerte es una salvación. Para otros, la muerte es más o menos un reposo. Ambas ideas son dulces. Pero sobretodo la muerte es una razón para no desperdiciar la vida.

-La muerte de los demás es siempre más dolorosa, más palpable que la tuya propia. Aceptar la muerte es la única forma de permanecer fiel a la vida. Mortales y amantes de mortales: eso somos. Es lo que da a la vida su más alto valor.

 

“La calavera Catrina”, por José Guadalupe Posada, s. XIX

-Capítulo 5, el conocimiento:

Ideas fundamentales:

-Conocer es pensar lo que es: el conocimiento es cierta relación entre sujeto y objeto. No hay un conocimiento absoluto, perfecto ni infinito; pero esto no significa que no conozcamos nada.

-Montaigne: de facto, “¿Qué sé?

presuponen la idea de una verdad al menos posible.

-Kant: de iure, “¿Qué puedo saber y cómo?

-La verdad es lo que es (veritas essendi) o lo que corresponde exactamente a lo que es (veritas cognoscendi). Sólo podemos conocer por medio de nuestros sentidos, de nuestra razón, de nuestras teorías.

-Conocimiento y verdad son dos conceptos muy distintos pero que están interrelacionados. Ningún conocimiento es la verdad; pero un conocimiento que no tenga nada que ver con la verdad, deja de ser conocimiento.

-El hecho de que todo conocimiento sea relativo, no significa que todos sean válidos. Por eso hay una historia de las ciencias, formativa e irreversible: ninguna ciencia es definitiva. Las ciencias progresan “por ensayo y eliminación de errores”, como defendía Popper, una teoría científica es siempre parcial, provisional.

-No obstante, hemos de evitar confundir conocimiento y ciencia. La percepción, la experiencia ya es un saber. Hay verdades no científicas y teorías científicas que algún día dejaran de ser verdad.

-¿Hemos de renunciar a pensar? Nunca, de ningún modo.

-El escepticismo no es lo contrario del racionalismo; es un racionalismo

lúcido y llevado al extremo.

-La sofística es no pensar que nada es cierto, sino que nada es verdadero.

-El escepticismo es lo contrario del dogmatismo; la sofística es lo contrario de la filosofía. La verdad no obedece: por eso es libre liberadora. Por eso la sofística es contradictoria; se destruye a si misma como filosofía: si todo es falso, todo está permitido. Tremendo error. La sofística solo conduce al nihilismo; el nihilismo solo conduce a la barbarie.

-“¿Qué es la Ilustración?” se pregunta Kant… “La salida del hombre de su minoría de edad” responde… “Sapere aude!” “¡Atrévete a saber!” grita… Todo conocimiento es una lección de moral. Por esta razón hay que buscar la verdad, como decía Platón, “con toda su alma”. Por esta razón jamás dejaremos de buscar.

-El gran Aristóteles dijo:

-“La búsqueda de la verdad es a la vez

difícil y fácil: nadie puede alcanzarla absolutamente,

ni carecer completamente de ella”-

 

Kant: Sapere aude! “Escuela de Atenas”, por Rafael, s. XVI

-Capítulo 6, la libertad:

Ideas fundamentales:

-Ser libre es hacer lo que uno quiere.

-Libertad de acción: lo contrario de la esclavitud. Esta libertad no es nunca absoluta y raramente nula. Es mayor en un Estado de Derecho que en el estado de naturaleza, pues, como acertadamente afirmaba Locke, “donde no hay ley, tampoco hay libertad”.

-Libertad de la voluntad: es el sentido metafísico de la libertad, libertad absoluta. Elegimos en función de nuestras opiniones, por eso Spinoza escribe “los hombres creen ser libres”. ¿Haces lo que tú quieres? Por supuesto, pero ¿por qué quieres hacerlo?… éste es el problema más difícil. Si yo no elijo el sujeto que elige (“yo”), todas mis elecciones siguen estando determinadas por lo que soy, y que no he elegido, por lo que no pueden ser absolutamente libres. Toda voluntad sería libre si “libre, espontáneo y voluntario” son sinónimos. ¿Mi cerebro me determina? Pero si yo soy mi cerebro, entonces me estoy determinando a mí mismo. Este hecho prueba que mi libertad no es absoluta, no que no existe. Ser libre es siempre depender de lo que se es. Otro sentido de la libertad de voluntad sería el libre albedrío. Conche lo define así: “es la capacidad de determinarse a sí mismo sin estar determinado por nada”. Es la libertad según Descartes, Kant, Sartre. Lo que yo hago (existencia) no está determinado por lo que soy (esencia). La libertad solo es posible, como comprendió Sartre, si “la existencia precede a la esencia; el hombre es libre porque antes no es nada, porque se convierte en lo que él hace de sí mismo”. Esta elección de sí mismo por sí mismo es una libertad absoluta o no es nada.

-Libertad de pensamiento: es un derecho del hombre y una de las exigencias de la democracia. Si el espíritu no tuviese acceso alguno a la verdad, permanecería prisionero de sí mismo: la razón nos distancia de ello, nos libera de nosotros mismos. Libertad de espíritu: libertad de razón; es una libre necesidad; la libertad como verdad. La razón es libre y liberadora.

-Libertad de acción, de voluntad y de razón. Lo común a estas tres formas de libertad es que para nosotros sólo existen relativamente. Se trata de comprender cómo podemos llegar a ser libres, no saber si eres completamente libre… no nacemos libres, llegamos a serlo.

-La libertad no es solamente un misterio que nos constituye, es también un fin y un ideal.

 

“La libertad guiando al pueblo”, por Delacroix, siglo XIX

-Capítulo 7, Dios:

Ideas fundamentales:

-No sabemos si Dios existe. por esto se plantea la cuestión de si hemos de creer en él o no. El saber es limitado: siempre se nos escapa lo fundamental. La mera existencia de algo parece implicar que siempre ha habido algo… algunos llaman a ese algo Dios. ¿Existiría desde siempre? Más bien fuera del tiempo, creándolo. ¿Qué hacía antes de la creación? Nada.

-El universo está en Dios. ¿Creer en Dios? Parece ser lo más natural del mundo. Todo procede de él, todo está en él. Dios es el alfa y el omega del ser: el Ser absoluto. Dios es causa de sí, y este misterio es parte de su definición. ¿Qué es Dios? Es el ser absolutamente necesario (causa de sí), absolutamente creador (causa del todo) y absolutamente absoluto (todo depende de él).

-¿Existe Dios? Existe por definción.

Prueba ontológica: Dios es el ser supremo, soberanamente perfecto y totalmente infinito. Pensar en Dios es pensarlo como existente. “De la esencia de Dios no puede separarse su existencia” defiende Descartes.

No obstante, no basta con definir a Dios para demostrar su existencia.

Prueba cosmológica: el mundo existe, pero no puede dar cuenta de si mismo, es contingente. para explicar su existencia, es necesario suponer que tiene un causa, pero esta es contingente… y así hasta el infinito. De este modo, para explicar el mundo hay que suponer un ser necesario, Dios.

Esta prueba solo vale lo que vale el principio de razón.

Prueba físico-teológica: el mundo respondería demasiado a una evidente finalidad, como para poder explicarlo si suponer como su origen una inteligencia bondadosa y organizadora. Esta prueba ha perdido parte de su evidencia: la armonía y se rompe, y lo que queda de ella, se explica fácilmente. La naturaleza es cruel, injusta, ¿cómo podría verse Dios reflejado en ella? Es lo que se denomina como el problema del mal.

-Lo que todas estas pruebas tienen en común es que demuestran a la vez demasiado y demasiado poco.

-Creer en Dios supone conocerlo al menos un poco: esto sólo es posible a través de la razón. Queda pues, la religión… ¿Cuál? Poco importa.

-Fe… “Una creencia que sólo es suficiente subjetivamente” dice Kant.

-¿Cuál es nuestra esperanza? Que el amor triunfe sobre el odio, la muerte… El amor todopoderoso, el amor que salva: el único Dios digno de ser amado. Creer en Dios es creer que este valor supremo (el amor) es también la verdad suprema (Dios). Esto es algo que se puede pensar, esperar, creer. Dios es la verdad que constituye una norma.

-¿Existe Dios? No podemos saberlo…

-El ser no responde: es lo que denominamos mundo.

-Lo verdadero no responde: es el pensamiento.

-El bien, tampoco responde: es la esperanza.

 

“Génesis” Capilla Sextina, por Miguel Ángel

-Capítulo 8, el ateísmo:

Ideas fundamentales:

-Es una creencia, pero negativa. Ser ateo es ser sin dios.

-Podemos distinguir dos formas de ateísmo; dos corrientes del mismo río:

-Ateísmo negativo: no creer en Dios.

-Ateísmo positivo: creer que Dios no existe.

-¿Y el agnóstico? Es aquel que se niega a elegir, pero estando abierto ante la posibilidad de Dios. El agnóstico no toma partido, deja el problema abierto. La humildad parece estar de su lado. La lucidez también. Creencia y no creencia carecen de demostración, y es esto lo que las define. El agnosticismo se torna filosóficamente relevante cuando va más allá de la simple afirmación de su ignorancia: elige no elegir.

-El ateísmo es una elección que pude ser negativa o positiva, pero que supone un posicionamiento. El ateo toma partido contra Dios.

-¿Por qué? No hay demostración, pero existen argumentos:

-Argumentos negativos:

-Una fuerte razón para ser ateo es la debilidad de los argumentos contrarios. Siempre hay menos libertad en la ignorancia que en el saber. El argumento me parece incompatible con la imagen de un Dios Padre… ¿Qué clase de padre sería aquel que, para respetar la libertad de sus hijos, rechazara vivir con ellos? ¡Extraño Padre; extraño Dios! ¿Cómo amarlo? Si no podemos ver a Dios es, probablemente, porque no existe…

-La religión es una doctrina que explica algo que no se comprende (la existencia del universo) por medio de algo que todavía se comprende menos (Dios). Ser ateo no dispensa de ser inteligente y lúcido. Esto es lo que distingue el ateísmo del cientifismo, que es la religión de la ciencia. Existe lo desconocido, lo incomprensible, el misterio. Los cientifistas se equivocan cuando lo niegan. Ser ateo es negar a deshacerse del misterio. Creer en Dios es añadir un nombre a este misterio, y reducirlo a Dios todopoderoso, Dios creador, Dios juez. Esto lo explica todo mediante algo que no tiene explicación: no explica nada. Lo esencial nos es desconocido.

-Argumentos positivos:

-El argumento del mal. Hay demasiados horrores en el mundo para que se pueda creer que este mundo ha sido creado por un Dios absolutamente bondadoso y omnipotente.

-No puedo imaginar cómo nos ha creado Dios. Los héroes, la gente bondadosa no necesitan a Dios para existir. Basta el coraje, la generosidad, la humanidad. ¿Qué Dios puede justificar tanto odio, violencia, estupidez? ¡La humanidad es una cración ridícula! ¿Cómo un Dios habría podido querer esto? En la religión hay narcisismo. El ateísmo, en cambio, es una forma de humildad.

-No creo en Dios porque preferiría que existiera. ¿Qué deseamos por encima de todo? No morir, reencontrarnos con los seres queridos, ser amados… esto es lo que la religión nos promete.

-Lo único que separa a los ateos y a los creyentes es aquello que ignoran. Sería una locura matarnos los unos a los otros por aquello que ignoramos. Más vale que luchemos juntos por lo que conocemos o reconocemos. Esto es lo que se denomina humanismo. Una moral. Fidelidad al hombre, y a la humanidad del hombre. Esto no sustituye a ningún Dios.

 

Nietzsche: “La fe salva, por lo tanto, miente”

-Capítulo 9, el arte:

Ideas fundamentales:

-El arte es un hecho específico del hombre. No es la belleza lo que marca la diferencia. La belleza es uno de los fines posibles del arte; la naturaleza también es bella. Una obra de arte no es solamente el hermoso resultado de una actividad, ni todo resultado hermoso es una obra de arte. Es necesaria la humanidad.

-En el arte, el espíritu está menos distraído en sus fines habituales. Porque el artista, incluso cuando sólo pretende imitar el mundo, no puede tomar como modelo más que a sí mismo. En el arte, la humanidad se contempla a sí misma en su contemplación. El mundo es el espejo en el que el hombre se busca. El arte no es sino el reflejo en el que se encuentra a sí mismo.

-¿Hay que imitar, pues, la naturaleza? Ésta no es sino una posibilidad entre otras. Gran parte del arte contemporáneo se ha liberado de la naturaleza. El artista crea, no copia.

-¿Qué es el genio? Poco importa que este poder sea innato o adquirido; lo importante es que el genio sólo da reglas produciendo aquello de lo que no puede darse una regla. El genio es lo contrario de un modo de empleo. Los grandes artistas son aquellos que combinan soledad y universalidad; subjetividad y objetividad; espontaneidad y disciplina. No es lo mismo crear que inventar: los inventores nos hacen ganar tiempo. Los artistas no lo hacen perder, y lo salvan. Son los genios quienes hacen avanzar el arte, y son tan insustituibles como imprevisibles de antemano.

-¿Es la filosofía un arte? Lo es en la medida en que no existiría sin cierto número de genios singulares. Es el arte de la razón para el que la verdad posible sería belleza suficiente.

-Tradicionalmente se distinguen seis artes: la pintura, la escultura, la arquitectura, la música, la danza y la literatura, a los que se añade un séptimo, el cine. ¿Qué tienen en común? Fundamentalmente comparten la agradable emoción que nos procuran.

-Es bello lo que se reconoce sin concepto como objeto de una satisfacción desinteresada, universal y necesaria. No hay belleza sin placer.

-El arte nos ayuda a amar la verdad, resaltando su belleza. El verdadero arte consiste en amar sin mentir.

-Si el hombre habita el mundo como poeta es gracias a estos creadores que nos ha enseñado a conocerlo, a celebrarlo e incluso cuando es desagradable, a soportarlo.

El arte es un hecho específico del hombre. El hombre

es un hecho específico del arte.-

Los seis artes: “La habitación de Arles” van Gogh; “La victoria de Samotracia”; “Pasión según san Mateo” Bach; la Alhambra; “Kelmscott Chaucer” Chaucer; Marta Graham

-Capítulo 10, el tiempo:

Debido a la dificultad no e resumito dicho capitulo, mis mas sinceras disculpas.

-Capítulo 11, el hombre:

Ideas fundamentales:

¿Qué es el hombre? Una buena definición debe ser válida para todo elemento definido, y solamente para él. Existen definiciones demasiado amplias puesto que un ser pide vivir en sociedad, hablar, pensar, juzgar, producir… sin por ello formar parte de la humanidad, pero que a la vez, son demasiado estrechas: un deficiente mental profundo no habla, no razona, no ríe… pero no por ello es menos hombre. Un hombre sigue siendo hombre, incluso cuando ha dejado de funcionar normalmente. La humanidad no se define por lo que hace o sabe hacer; se define por lo que es… ¿Y qué es? El hombre, como observó Diderot, no tiene nada propio.

-Todos hemos nacido de una mujer: todos hemos sido engendrados, y no creados. La humanidad es ante todo, una especie animal mamífera. La humanidad es un hecho antes que un valor. Si puede convertirse en valor es solamente por fidelidad a este hecho, a esta especie. Nacemos hombres; nos hacemos humanos.

-La humanidad no es un juego; es lo que está en juego. La medicina combate enfermedades, pero la humanidad no es una enfermedad. ¿Superar al hombre? Sería traicionarlo. ¡Eugenesia y barbarie son la misma lucha!

-El hecho de que la humanidad sea ante todo una especie animal, plantea la cuestión del humanismo. El término se puede entender en dos sentidos:

Humanismo práctico o moral: que consiste en atribuir cierto valor a la humanidad. Es lo que hoy denominamos los derechos del hombre. La moral no es ya la sumisión a una prohibición absoluta, sino la consideración de los intereses de la humanidad. El humanismo práctico es pues obrar humanamente y para la humanidad.

Humanismo teórico o trascendental: consiste en ciertas ideas, en nuestro saber acerca del hombre y su valor. El obstáculo contra el que choca es el mismo saber al que se refiere. En primer lugar, sabemos que el hombre es capaz de lo peor antes que de lo mejor; en segundo lugar, sabemos que no ha elegido ser lo que es; finalmente, sabemos que no es Dios.

-La humanidad es una aventura. Lo que las ciencias humanos nos enseñan sobre nosotros mismos, que es valiosísimo, no puede reemplazar a la moral. La humanidad es una especie que hay que preservar, un valor que hay que defender.

-¿Creer en el hombre? Más vale conocerlo tal como es, y desconfiar de él.

-El hombre no ha muerto; pero es mortal.

 

-Capítulo 12, la sabiduría:

Ideas fundamentales:

-Philosophia, en griego, es el amor o la búsqueda de la sabiduría. ¿Qué es la sabiduría? La sabiduría tiene mucho que ver con el pensamiento, con el conocimiento, esto es, con determinado tipo de saber. Ahora bien, se trata de un saber que ninguna ciencia expone, que ninguna demostración prueba… no se trata de teoría, sino de práctica.

-La sabiduría teórica y la sabiduría práctica son inseparables. Ninguna facultad garantiza ser sabio. Sabiduría es un saber, efectivamente, pero un saber vivir. La sabiduría es la meta; la filosofía, el camino.

-Así pues, hemos de aprender a morir, aprender a vivir, y esto es la filosofía. Para esto sirve la filosofía, y por eso puede ser útil a cualquier edad. Nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para aprender a filosofar, aunque, por qué esperar, mejor empezar cuanto antes ¿no?

-Pero ¿qué sabiduría? Corresponde a cada cual formarse una opinión al respecto. Por eso hemos de filosofar: porque nadie puede pensar ni vivir por nosotros. Necesitamos la sabiduría. Necesitamos filosofar. Porque no sabemos vivir. Hemos de aprender.

-La inteligencia solo se aproxima a la sabiduría en la medida en que transforma nuestra existencia, la ilumina.

-¿Cómo he de vivir? La respuesta sería la sabiduría: corresponde a cada cual inventar la suya. Éste es el punto en que la ética, que es un arte de vivir, se distingue de la moral, que se refiere unicamente a nuestros deberes. Ningún “no” es suficiente; la moral no basta. Hay que decir “sí”. Esto no impide la rebelión. Decir sí al mundo es decir sí a la propia rebelión. La sabiduría no es una utopía.

-Es el espíritu del estoicismo: “aceptar lo que no depende de nosotros; hacer lo que depende de nosotros”. El sabio es un hombre de acción.

-¿Qué es la sabiduría? El ácimo de felicidad en el máximo de lucidez. Es la vida buena, pero una vida humana, responsable y digna. Todo vale… ¡No! ¿Gozar?¿Alegrarse? Tanto como puedas, pero no de cualquier forma. No como un animal salvaje. No a cualquier precio. Hemos de tener criterio. Juzgar. Mirar los pros y los contras. Filosofar. Actuar como hombres sabios. Para esto sirve la sabiduría. Para esto sirve la filosofía… para aprender a vivir bien. Nunca se acaba de aprender, por eso siempre necesitaremos filosofar.

 

Descartes: “Juzgar correctamente para obrar correctamente

-Con esto hemos acabado. Espero que este… “resumen” de ideas fundamentales os sirva de ayuda para comprender el libro y de paso, aprobar el examen.

“Invitación a la Filosofía”

André Comte-Sponville

Filosofía y Ciudadanía 1º Bachillerato

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