Entrevista a Héctor Amodio Pérez

La Otra Campana: Entrevista a Héctor Amodio Pérez

 – ¿Quién es Amodio Pérez?

– Ni yo mismo lo sé bien, porque tuve tantos nombres, tantas profesiones, tantas cosas…Pero bueno, al final creo que me puedo quedar con lo último; un ex integrante del MLN acusado injustamente como el traidor número uno. Lo que si fui, es un gran disidente a partir del año 70, y que estoy en esta etapa esperando a ver que pase esta pandemia y pueda volver a Europa, a España o Italia, porque la verdad que en el Uruguay no me siento cómodo, no me siento a gusto, a pesar de todo aquello que se había dicho de mi ha quedado de alguna forma desmentido, no sólo por lo que yo dije sino porque los propios integrantes del MLN pusieron en circulación la versión falsa, terminaron desmintiendo, Marenales desmintiendo lo de la Cárcel del Pueblo, en el libro de Perroni “Amazonas 1440” se desmienten varias cosas, entre ellas como que yo había entregado esos locales, ya se sabe que los locales estaban vigilados con infidencias que ellos mismos ponen en circulación, el mismo Zabalza le comenta en su momento en una carta a Carlos Caillabet que los locales estaban muy quemados, etc., etc. Y bueno, poco a poco se ha ido tirando a bajo la historia, estoy en esta etapa con 83 años recién cumplidos, intentando recomponer mi vida, porque la vida es un devenir constante, y en esto me parezco a Mujica que dice que quiere mucho la vida, yo también, yo también la quiero mucho y quiero vivirla para ver el final de la falsa historia, haré todo lo posible, veremos si el tiempo me lo permite.

 – ¿Qué recuerdos tiene de su infancia?

– Malos, malos recuerdos. No tengo buenos recuerdos, la verdad fuimos una familia numerosa, bien criados, bien queridos y todos lo demás, pero yo fui el mayor de seis hermanos, tuve que asumir responsabilidades a edad muy temprana, con 6 años ya tenía tres o cuatro hermanos, tenía que cuidarlos, hamacarlos, hacerlos dormir, le ayudaba a mi madre en las tareas de la casa, en fin, no tengo buenos recuerdos.

 – ¿De su adolescencia?

– De mi adolescencia menos, porque yo era muy enamoradizo, me dicen los psicólogos que fue consecuencia de una infancia falta de cariño y que entonces en la adolescencia me enamoraba de continuo, y la verdad que nunca encontré una chiquilina que me llevara el apunte, y eso me acomplejo bastante. Después me enteré de que no era tan así, lo que pasa es que yo me fijaba en las que no se fijaban en mí, entonces, por lo visto andaba mal rumbeado.

 – ¿Cuándo nace el interés hacia la política?

– Muy pronto, muy pronto porque es una herencia familiar. Mi abuelo era batllista del Pepe Batlle, del viejo Batlle, era más bien anarco y fue él, el primero que me habló de las luchas políticas y sindicales. Mi abuela se separó de mi abuelo con sus hijas cuando yo tenía 10 años, hay una anécdota de una maestra que yo tenía que me tiro de las orejas, y yo le tire un tintero, me echó de clase, y la directora me pidió que llamara a mi padre o a mi madre, y yo le dije que mi madre no podía, que mi padre trabajaba, y se me ocurrió la idea de llamar a mi abuelo, y le conté a mi abuelo lo que había pasado, y el primer meeting político que yo oí en directo fue un meeting político que le dio mi abuelo a la maestra y a la directora en la escuela José Enrique Rodo, yo tenía 10 años porque estaba en 4° con la señora Ofelia. Y a partir de ahí yo me hice muy amigo de mi abuelo, a pesar de que estaban separados yo lo visitaba a escondidas de mi madre, y él me fue hablando que estaba escribiendo sus memorias también, y él era batllista, batllista de los antiguos, del viejo Batlle, me habló de Domingo Arena, de cosas que no entendía en aquellos años, me habló de los teóricos anarquistas, de Kropotkin, de Bakunin…Yo no entendía un carajo, pero yo empecé a entender con el paso de los años, además en mi casa se escuchaban los meeting, las conferencias que daban los políticos, los escuchaba por radio, no había televisión, y en mi casa se escuchaban los discursos de todos, en mi casa eran herreristas, votaban a Herrera, pero mi madre de alguna forma mostraba simpatía por el diputado Dubra que era socialista, y yo me fui volcando para ese lado. Cuando yo empecé a trabajar y empecé a ver los problemas que había con el reclamo de las categorías, por los sueldos y todo eso, me afilie al Sindicato de Artes Gráficas, me afilie al Partido Socialista, y ahí empezó mi actividad, yo me afilie al partido en el año 59, recién casado, yo me case en marzo del año 59, tenía 22 años. Viví el rompimiento de la socialdemocracia en el Partido Socialista, el abandono de la socialdemocracia con las nuevas teorías marxistas de la época, la controversia chino-soviética y todo lo demás. El partido se fue decantando y la revolución cubana influyó muchísimo, o sea que de esa época es mi vinculación a la política, no la abandone nunca, no sé si es como una droga, en eso también me parezco a Mujica, que él también dice que es una droga.

– ¿Por qué Tupamaros?

– Porque en ese momento fue lo único que aprecio, porque coincidimos, lo de Tupamaros fue una ocurrencia de un compañero del Partido Socialista Tabaré Rivero Cedrés, porque tupamaros les decían los españoles a los rebeldes criollos, y bueno, por eso, porque nos juntamos gente que entendíamos que por la vía electoral no íbamos a llegar a nada nunca, y entonces empezamos a ver el empeño de la lucha armada como la única esperanza. En el 59 habían triunfado los cubanos y nosotros en el 61, en 62, ya había fracasado la experiencia de la Unión Popular, el Partido Comunista con el FIDEL, y no nos quedaba otra, por lo menos con los códigos que manejamos en aquella época. Hoy parece mentira que los jóvenes de aquel entonces pensáramos que la lucha armada era la única solución, pero en ese momento lo creímos así, por eso me hice tupamaro.

– ¿Que representaba en aquellos tiempos ser un Tupamaro?

– Lo más avanzado políticamente. Nosotros les llamábamos partrirnqueros a los bolches, al Partido Comunista, y le decíamos bolches precisamente porque los considerábamos partrirnqueros, unos revolucionarios de boquilla. En aquellos momentos no entendíamos que el Partido Comunista no radicalizara su posición, porque los veíamos dubitativos, teníamos muchas diferencias, en lo sindical por ejemplo cuando nosotros planteábamos en el Sindicato de Artes Gráficas o en la huelga de los problemas gráficos, planteábamos alguna iniciativa que iba un poco más allá de lo que estaba normalmente establecido, nos encontrábamos con que los compañeros del Partido Comunista retaceaban; “no compañeros, tenemos que pensarlo mejor…”, entonces era un momento de efervescencia y nos parecía que nosotros éramos la avanzadilla, estábamos un poco convencidos, se nos había llenado el culo de papelitos seguramente, porque después el tiempo demostró que nosotros no teníamos toda la razón y que mucha parte de la razón le correspondía a los camaradas. Es parte de la lucha y de la historia que se vivió en este país que lamentablemente no se conoce.

 – ¿Cuál era su rol dentro de la organización?

– Yo empecé como todo el mundo siendo miembro integrante de una célula militante de base, después digamos que con el paso del tiempo nos fuimos especializando, yo empecé a trabajar más que nada en información, era muy observador, empecé a participar como campana como se decía en aquel entonces, en el asalto a los bancos, confiaban mucho en mi ojo, “ojo de águila”, nunca se me escapaba un detalle en la calle, eso nos salvó de alguna trapisonda, y después me fui especializando en los estudios preliminares de los operativos, pero digamos que el mayor aporte lo hice en dos rubros, que no fui solo yo, conté con el apoyo invalorable de un compañero, Alfredo Rivero Cedrés, hermano de Tabaré, que fue en el servicio de documentación, la falsificación de documentos, que estaban tan bien hechos que la policía creyó que le habíamos robado los impresos a ellos, pero no, los habíamos hecho nosotros. Y después ya como miembro de la dirección, como miembro del ejecutivo, a partir de finales del año 68 lo que hice fue impulsar el trabajo de descentralización y desarrollo de las columnas, fundamentalmente de la Columna 15, que fue la que más se desarrolló dentro del MLN, no fui yo solo, evidentemente conté con Alicia Rey que era mi compañera no solo de militancia sino también mi compañera sentimental, y contamos con gente que fuimos formando nosotros, Candán Grajales, Henry Engler, Wasen Alaniz, Pablo Blanco, Donato Marrero, Píriz Budes, una lista interminable, Pereira Mena, el “Gallego” Mas Mas, una cantidad interminable, y fue el mayor aporte que pude hacer, lamentablemente para un proyecto fracasado como fue hacer la revolución.

 – ¿Qué representó la Columna 15 para la historia del MLN?

– Fue la columna más desarrollada, la que mejor superó los contratiempos, fue la que recompuso el MLN después de la caída terrible de la calle Almería en el año 70, tres de sus miembros formaron parte de la dirección, el único que no era de la Columna 15 fue Rosencof, que era de la Columna 10, pero los otros tres, Wasen, Marrero y Engler eran de la Columna 15. Y hubo muchísima gente que después fue a otras columnas a intentar desarrollarlas, pero yo creo que nosotros tuvimos un criterio muchísimo más amplio de trabajo y de desarrollo que nos permitió llevar en la Columna 15 un trabajo más a fondo, y éramos más abiertos a las discusiones internas, y nos opusimos a muchísimas decisiones de la dirección, pero en aras de la disciplina interna, del centralismo democrático, trabajamos por esas ideas como si hubieran sido nuestras, pero bueno, el resultado final fue malo, porque a partir del año 72 se perdió el norte definitivamente, ya veníamos des norteados desde tiempo antes, pero a partir de marzo del 72, yo creo que perdimos la brújula completamente y fuimos barranca abajo, en tres meses nos liquidaron.

 – ¿De dónde procedía la formación militar de sus militantes?

– La aprendimos, nosotros, ninguno tuvo formación militar. Yo en mi vida, creo que he disparado como mucho con calibre nueve para guerra; nunca vacíe un cargador de corrido, y con rifle he tirado con veintidós como práctica, es decir, no teníamos formación militar. Lo que hicimos fue con nuestra experiencia muy reducida, planificar de acuerdo a nuestro conocimiento y a nuestra experiencia una serie de operativos lo mejor que podíamos, porque nunca pensamos que nos íbamos a enfrentar a un ejército, eso es parte del desbarranque, el MLN nunca hizo nada para formar un ejército, nunca, porque además no teníamos condiciones, ni armamento ni nada, nosotros éramos una guerrilla y como tal, teníamos que seguir actuando con acciones de tipo guerrilla, golpear y desaparecer, entonces, plantearse un segundo frente, llevarse la guerrilla al interior con enfrentamiento directo no, eso fue un disparate. Nunca tuvimos formación militar. Hubo compañeros tupamaros que tuvieron formación militar cuando el MLN ya estaba deshecho en el Uruguay, y se fueron a Cuba, y en Cuba tuvieron formación militar en serio, y aprendieron a pilotar aviones, conducir tanques, y se fueron a otros países, estuvieron en Nicaragua, estuvieron en Angola, estuvieron en El Salvador, pero aquí no, pero eso ya te digo, fue después del año 73.

– ¿Cuáles eran los mecanismos de seguridad utilizados para comunicarse?

– Hubo tantos. El primero que yo conocí fue el automático que se llamaba, que era una pared en la calle Ceibal y Marsella, frente a la Iglesia del reducto, era una pared donde se dejaban determinadas señales que ahora no recuerdo cuales eran, pero que se pasaba todos los días por esa pared de acuerdo con los códigos y a las contraseñas que estaban establecidas, donde había que estar, qué dificultades había y todo eso. Eso fue lo primero que yo recuerdo y después, tuvimos nuestras claves, yo mismo desde Punta Carretas, todas las comunicaciones de las cartas eran con determinado libro, tenías que poner, por ejemplo; 76 – 4 – 7; entonces era página 76, línea 4, letra 7, entonces con eso, así, con todos números de corrido hacíamos las cartas, cuando eran realmente clandestinas, clandestinas. Antes habíamos utilizado el escribir en hojillas de cigarrillo, que se sacaba encapsulado, se metía en las cápsulas de los antibióticos, se forraban a su vez con papel adhesivo, te lo metías en la boca y venía la abogada, le dabas un beso y le pasabas la pildorita que se llevaba y después entregaba. Y después como forma de seguridad la compartimentación, no saber más que lo estrictamente necesario, y yo eso lo practique a rajatabla, yo no conocí más gente que la que participó directamente conmigo en algunos operativos, los que participaron conmigo en el  Banco Francés e Italiano que fuimos como diez o doce, nunca conocí los nombres de la mayoría de ellos, conocí los de Wasen, los de Blanco Katras, porque nos conocíamos de antes, habíamos estado preso y conocíamos nuestros nombres, pero hubo gente, una veterana que trabajaba que era profesora del Liceo Francés, me entere como se llamaba por el libro que escribió otro compañero, sino nunca me habría enterado. Y como eso te digo lo mismo con los locales, entonces todo eso que se dijo que yo había entregado tantos compañeros, no porque no los conocía, que fue uno de los problemas, cuando a mí me detienen y me dan a leer las declaraciones de Píriz Budes, y me dicen que me ofrecen un trato, un acuerdo igual que el que le habían dado a el “Tino”, y yo dije sí aquí está todo, más que esto no te puedo dar, porque era la verdad, estaba todo ahí y no tenía nada más. Y yo eso, la compartimentación la practique siempre.

 – ¿Qué reflexión le merece la figura de Pacheco Areco?

– Un tozudo con suerte. Yo tengo amigos que dicen que fue el mejor presidente del Uruguay, yo creo que no, yo creo que fue un cabeza dura que estuvo a punto de renunciar y no lo hizo por un golpe de suerte, en agosto del año 70 lo teníamos muy contra las cuerdas con el tema de los secuestrados, lamentablemente se negoció mal, se violó el acuerdo que habíamos fijado, se iba a pedir el rescate por un número limitado de presos, pero después de mi detención Sendic decidió pedir el canje por todos los presos políticos y claro, los presos políticos éramos miles, entonces lo pusimos a Pacheco entre la espada y la pared, y después está publicado que Peirano Facio buscó acuerdos, acercamientos para rebajar el número y todo, y detuvieron a la gente en Almería y eso fortaleció muchísimo la posición de Pacheco, pero yo creo que estaba contra las cuerdas, por eso es que te digo que creo que fue un tozudo con suerte. Después hay gente que lo defiende por una serie de medidas de tipo populares, yo he hablado con gente que me ha dado elementos que pretenden mostrarme un Pacheco distinto al que normalmente se conoce. Yo creo que aquí en Uruguay tenemos un problema, que politizamos, que personalizamos demasiado las cosas según la figura de quien pronunció determinadas palabras, y según el concepto que tengamos decimos si está bien o está mal, entonces como que fanatizamos las cosas, y me han dado elementos como para hacer pensar que Pacheco tuvo en su presidencia cosas positivas, coincido con el “Ñato” que dijo en su momento que Pacheco había sido el creador de Tupamaros más grande, y creo que también en ese momento el “Ñato” también tuvo razón, porque Pacheco tomó una serie de medidas contra el MLN, pero las tomo indiscriminadamente, y clausuró órganos de prensa y organizaciones políticas que nada tenían que ver con la guerrilla, y que incluso estaban enfrentadas con nosotros, con los Tupamaros, y sin embargo las clausuro o las censuró, entonces en ese momento pues nos hacía un favor, entonces el “Ñato” siempre dijo que fue el más grande creador de Tupamaros, Pacheco.

 – El 17 de agosto de 1961 en el paraninfo de la Universidad Ernesto “Che” Guevara sostenía entre otras cosas lo siguiente: “Ustedes tienen algo que hay que cuidar, que es, precisamente, la posibilidad de expresar sus ideas; la posibilidad de avanzar por cauces democrático” ¿porque no se consideró su mensaje?

– Se consideró, lo que pasa que no ése, consideramos el otro, que había que crear uno, dos, tres Vietnam en América. Cuando el “Che” viene a Montevideo y dice eso, él viene como representante de un gobierno del extranjero, era Ministro de Industria Cubano, entonces nos e iba a subir al estrado en la Universidad a decir ¡Camaradas, a hacer la revolución!, no, dijo eso, pero el “Che”, yo en ese momento no estaba en el grupo Tupamaros, todavía no había entrado, pero me consta que hubo compañeros que se entrevistaron con él, y el “Che” dijo otra cosa. El problema está en que los cubanos nunca creyeron en las posibilidades de la revolución de la guerrilla urbana, ellos estuvieron muy apegados a la guerrilla rural y nunca creyeron en la posibilidad de la guerrilla urbana, y eso nos distanció mucho de los cubanos porque ellos nunca vieron posibilidad real, además de la dependencia que ellos tenían de la Unión Soviética, intentaron que nosotros dejáramos las armas y nos uniéramos al Partido Comunista, pero bueno, eso es otro tema.

– Fue sostenido durante mucho tiempo por parte de sus detractores que usted fue expulsado del MLN ¿es cierto?

– No, nunca. Es más, cuando yo pedí la baja, que fue al día siguiente de la detención de Alicia Rey, o sea que tuvo que ser el 20 de mayo del año 72, a mi lo que se me dice es que un tipo como yo que había ocupado los puestos que había ocupado, no me podían dar la baja, entonces lo que yo pido es que me manden a Chile, dicen que para hacerme cargo de la Columna, pero era para hacerme cargo de la documentación, porque la gente que venía de Cuba al Uruguay pasaba por Chile, pero venían con una documentación que le daban los cubanos que era muy mala, muy mala para el Uruguay, es más, al “Che” le hicieron un pasaporte uruguayo que tenía lentes en la foto, fue el único pasaporte uruguayo con una foto con lentes, fue el pasaporte del “Che”, y eso se lo hicieron los cubanos en colaboración con gente del MRO aquí en Montevideo, y eso es un fallo terrible. Manera cuando es detenido aquí en Montevideo, el viene de Cuba vía Praga y París, y desde París lo venían siguiendo, porque el documento que le dieron los cubanos era tan burdo que lo estaban siguiendo y lo esperaron aquí, no lo detuvieron en el aeropuerto, lo dejaron bajar, lo dejaron seguir y lo detuvieron junto con Manera a un grupo de gente, con tres o cuatro locales que cayeron uno detrás de otro porque lo estaban siguiendo, entonces yo pedí eso, pedí eso porque yo ya no tenía lugar en el MLN

– ¿Cuándo se da el quiebre digamos, de la percepción como los “Robin Hood” por parte de la población con los robos a financieras y bancos, hacia la transformación a la etapa más oscura de secuestros y asesinatos?

– Yo creo que empieza con la muerte de Mitrione, creo, porque antes habíamos matado a Morán Charquero, pero Morán Charquero había sido denunciado por torturas, denuncias públicas que tuvieron repercusión parlamentaria, denuncias comprobadas por forenses compañeros Rodebel Cabrera, el otro no me acuerdo el nombre, pero Rodebel sí, me quedó el nombre grabado, se decidió ejecutarlo porque considerábamos que todo torturador debía ser ejecutado. Además, la tortura era un arma muy eficaz para destruir, después los militares la utilizaron, demostraron que la tortura era eficaz, pero el MLN estaba desecho y no pudo tomar ninguna medida, y la única medida que tomo de represalia contra las FFAA que fue el asesinato de los cuatro soldados, no solo que fue incorrecta, sino que contraproducente, porque a las pocas fuerzas militares que tenían que todavía no habían entrado en la represión, el 18 de mayo las decidió. Entonces yo creo que la muerte de Mitrione es la primera muerte que aparece sin explicación, porque incluso cuando se da, el MLN no dice que Mitrione era un instructor en torturas, eso lo dicen muchos años después para intentar justificar la muerte de Mitrione, porque la muerte de Mitrione se produce por una mala interpretación de un comunicado del MLN, eso es lo trágico y lo cómico a la vez. El MLN por boca de Sendic había difundido un comunicado que decía que, si no eran atendidas las reclamaciones, o sea el canje, se haría justicia, entonces cae Sendic y un grupo de gente muy importante el 7 de agosto del año 1970, y la gente que queda en la dirección interpreta que hacer justicia es ajusticiarlo, y ajusticiarlo matándolo, y fue lo que hace, fue lo que se hizo, pero no había ninguna decisión de hacerlo. Cuando se lo secuestro, se lo secuestró porque era un funcionario de la embajada norteamericana, es más, en el año 1972, en septiembre creo que es del año 72, Manera Lluberas declara ante la autoridad militar que se ejecuta a Mitrione por ser miembro, por ser funcionario de la embajada norteamericana, “el gobierno niega el canje y la organización ejecuta a Mitrione ya que sus actividades en el país es considerada como una intervención extranjera”, jamás se menciona que es experto en torturas, esto es una cosa que dice el MLN para tratar de justificar la muerte, en vez de decir fue un error porque interpretamos esto y esto otro, ya ves que eso del año 72.

 – ¿Para usted cuál fue el día de mayor alegría o de gloria dentro del MLN?

– El día del “Abuso”, hasta ese día yo creo que había sido la fuga de la cárcel de mujeres en la calle Cabildo. Yo hacía años que no iba a misa y fui a dos o tres misas, dos o tres domingos seguidos para ver el interior de la iglesia y como era, las compañeras me veían a través de la reja, en fin, y yo creo que fue un buen momento, después superado por el “Abuso”, porque fue la culminación de mucho trabajo, una serie de coordinación que hubo que hacer, ahora de ingeniería sin elementos, que fue posible gracias a la corrupción de un funcionario, pero él nunca supo que era una fuga, tampoco sé que fue exactamente lo que le dijo Mansilla, porque las celdas no se podían inspeccionar en las requisas, pero el asunto es que teníamos una serie de celdas que eran inexpugnables, ahí entrábamos nosotros nada más, que ahí fue donde guardábamos la tierra, pero día de gloria no.

– ¿El de mayor tristeza?

– Yo creo que el 14 de abril del 72, sin ninguna duda, porque fue la muerte de Schroeder Orozco “Joaquín”, Armando Blanco Katras el “Nando”, la muerte de Candan, la muerte de esos tres compañeros a mí me quebró, te diría que más que la detención de Alicia Rey. por el momento en que se produjo y en la forma en que se produjo, y me dolió de sobremanera porque era la comprobación de lo que yo venía intuyendo desde mi prisión en la cárcel, que el MLN se estaba deshaciendo, hacía dos días que habíamos culminado la segunda fuga que se produjo el 12 de abril, pero en esas 48 horas yo había visto demasiadas cosas raras, demasiados movimientos extraños, me apuntaban que algo muy grueso se estaba por llevar adelante, después del 14 de abril, después toda la documentación y toda la información que tengo demuestra que fue un desastre de organización, de cómo se hizo, se desató algo que no se pudo controlar, incluso hablando con militares que participaron en aquella época me lo confirman, las intervenciones telefónicas, en fin, se actuó como si Montevideo fuera zona liberada y era todo lo contrario, pusimos una bomba y nos quedamos mirando a ver qué pasaba, y ahí empezó el desastre.

 – ¿Que piensa del asesinato del tupamaro Roque Arteche ejecutado presuntamente por haber robado?

– Bueno, de acuerdo con los códigos internos, la muerte se justificó sola, es que la muerte de Arteche responde a otros hechos que no se conocen, lo primero que hizo, con un arma del MLN matar al amante de la que era su compañera, y después se dedica a robar, a pequeños robos, pequeñas rapiñas, a robar para él poniendo en riesgo los locales que le habían dado cobijo, se le habían hecho reiteradas observaciones al efecto. Después, termina robando en el propio local que vivía, que eran de dos compañeros del MLN, y se va, se pierde, y el MLN lo encuentra y decido que eso hay que terminarlo, se le hace un juicio sumarísimo digamos, y se decide ejecutarlo, todo eso que se dice que lo mataron a fierrazos es mentira, es mentira porque está la autopsia, y lo matan de un tiro en la cabeza. Una de las cosas que dijo Gabriel Pereyra en su momento, es que lo habían matado a fierrazos, lo mismo que se dice que a Mitrione lo habían atado con alambre de púas en los testículos, eso es mentira. A Roque Arteche lo ejecuta un compañero que muere el 14 de abril, Blanco Katras, hoy se puede decir porque ya todo el mundo lo sabe, se conoce que ha sido así, y que lo mató de un tiro, nada de fierrazos en la cabeza, después apareció en un descampado cerca de Felipe Cardoso o sepultado en una cuneta, no sé bien como es la historia, y está el informe forense. Entonces, dentro de los códigos de aquella época, la muerte de Roque Arteche, yo en ese momento cuando recibo la información estoy preso en Puntas Carretas, yo la acepte como lo aceptó todo el mundo, o sea, no podíamos consentir que alguien que era miembro de la organización actuara de esa manera, se lo había intentado reconducir y no se pudo, era un peligro.

– ¿Qué representó para el MLN la operación y las víctimas cobradas en la mal llamada “Toma de Pando”?

– ¿Que representó? Propaganda nomas. Pusimos en juego toda la organización, que fracasa principalmente por lo que se consideró que era el mayor éxito, que era el cortejo fúnebre, nos confiamos en que con esos autos íbamos a poder huir, no previmos que a una compañera se le iba a escapar un tiro e íbamos a tener un herido, no previmos que un policía iba a quedar fuera de la seccional e inició un tiroteo contra uno de los coches cuando ya nos íbamos, ahí se produjo un enfrentamiento, muere Burgueño que hasta el día de hoy no sabemos de dónde provino la bala que lo mató, pero la verdad es que si no hubiésemos asaltado Pando no se hubiera producido el tiroteo y Burgueño no hubiera muerto. Pero al MLN lo único que le reportó fue publicidad, porque se supo que hubo compañeros que fueron muertos y ya desarmados, cuando estaban ya presos, incluso se dice que alguno esposado, y eso trascendió por la prensa y bueno, se consideró que eso estaba mal, que se actuara así. Entonces, contrariamente a lo que se podía pensar, nació que había fracasado en lo militar, incluso la acción desde el punto de vista económico solo nos reportó unos pocos millones de pesos, porque la mayor parte se perdió, tuvimos un herido que le salvamos la vida, pero muchos presos y dos muertos, unido al civil muerto, yo creo que el resultado es totalmente negativo, lo que pasa es que el MLN nunca analizo las consecuencias, y no las analizó precisamente por la euforia que vivió de crecimiento después de Pando, nos encandilamos con eso, no nos dimos cuenta que habíamos puesto en juego toda la organización para asaltar cuatro bancos, porque en el fondo lo que fuimos a hacer, es asaltar, a tomar una localidad para asaltar cuatro bancos, quisimos hacer una demostración de fuerza y todo eso que se dice del homenaje al “Che” es mentira, lo que pasa es que coincidió la fecha con el aniversario de la muerte del “Che”, pero lo íbamos a hacer en septiembre, lo que pasa es que se fue pasando de semana en semana porque siempre surgía algo, que detienen a uno, que detienen a otro y entonces se fue postergando, coincide con el día y mas allá de si se tiraron volantes con la muerte del “Che”, no fue el objetivo, no fue.

– Desde hace un tiempo ha tomado público conocimiento la organización “Toda la Verdad” con Diego Burgueño como uno de sus voceros, hijo de una de las víctimas del asalto anteriormente mencionado ¿han tenido instancias de acercamiento?

– Con Burgueño sí, yo he ido a Pando dos veces en el aniversario, con Burgueño tenemos contacto, no te voy a decir de continuo, pero sí, tengo vinculación con la asociación, con el, con Molaguero, con Oroza. He ido dos veces a Pando, he participado en la presentación que hicieron en el Ateneo, me llevo bien con ellos, lamentablemente no hay noticias de ellos últimamente, no sé qué ha pasado, pero tengo buena relación con ellos, con Burgueño especialmente porque fue él quien buscó el acercamiento, nos encontramos en el Shopping Punta Carretas en una cafetería, y ahí estuvimos charlando y le di las explicaciones; “mira, yo no te puedo decir de donde partió la bala, pero si nosotros no hubiésemos asaltado Pando, tu padre no estaría muerto”, es lo único que le pude decir.

– ¿Representa “Toda la Verdad” un peldaño más en la búsqueda de desmitificar el relato construido?

– Yo creo que sí, yo creo que el MLN tuvo la habilidad de construir un relato que lo puso a salvo de las críticas, pero esto es falso, que tuvo como base fundamental salvar la responsabilidad de los causantes de la debacle del MLN, y eso implicaba encontrar unos responsables, uno, dos o tres traidores, y los demás son héroes, ahora, llama la atención que una organización que prácticamente solo tuvo un traidor y tantos héroes, fuera derrotada tan fácil, debió haber sido a la inversa, tantos héroes y un solo traidor, la organización habría triunfado. Entonces, son esas contradicciones, y después leyendo algunos libros, la mayoría de los libros son propaganda pro-MLN, incluso de gente que dice no compartir el espectro ideológico del MLN, ni compartir el método de la lucha armada, pero al hacerse eco de la falsa historia, están contribuyendo a mantener el falso relato, entonces esa es una deuda. Y después por razones políticas, la amnistía, la indemnización a los presos, a las víctimas de terrorismo de estado, sin tener en cuenta las víctimas de la otra parte de terrorismo que existió, aceptando como valida la aceptación actual de terrorismo. Entonces yo creo que sí, que es un paso para desmitificar, de lo mismo que debería ser un paso, de este intento del Gral. Fregossi de hacer un análisis de la historia de las FFAA más realista del que se ha hecho, porque hasta ahora lo único que se conoce es la versión que ha dado una sola de las partes, porque la otra se ha mantenido en su silencio austero, y lo único que ha hecho es recibir palos por todos lados, y condenas a cual más injusta, no porque no se hayan cometido las violaciones, sino porque no están juzgados de acuerdo a la constitución uruguaya y de acuerdo a sus códigos penales, se están aplicando las penas con retroactividad, cosa que en ningún país del mundo, yo no los defiendo como torturadores, han torturado, pues haberlos juzgado en tiempo y forma, ¿han hecho desaparecer gente? sí señor, haberlos juzgado en tiempo y forma, pero en el pacto del Club Naval se les prometió impunidad aunque se diga que no, pero yo le hice una entrevista a Sanguinetti y esta clarísimo “no le podíamos decir que los íbamos a colgar a los quince días”, más claro échale agua.

– ¿En qué momento comienza a gestarse ese mito de traidor en referencia a su persona y por qué?

– Yo pienso que se empieza a gestar con la caída de la Cárcel del Pueblo, que se da pocos días después de mi detención, y pocos días después de mi pedido de baja, porque hay un corto periodo de una semana, yo pido la baja el 20 de mayo y la cárcel cae el 27, y el día antes, el 26 o el mismo 27 creo que fue, es que Wasen se entrevista conmigo y con Mor, y nos plantea la necesidad de entregar la Cárcel del Pueblo porque se iba a producir una matanza que Wasen considero innecesaria, y tanto Mor como yo le dimos la razón. Hacia pocos días que se había producido la matanza de la seccional 20 del Partido Comunista, matanza que se produce por un fallo de un soldado que se le escapa un tiro y hiere en la cabeza al Capitán Busconi que iba de particular y que se montó en el camello poco menos que corriendo, porque venía de su casa a tomar servicio, no le correspondía estar ahí, le correspondía estar en el cuartel, en el 9° de Caballería. Entonces, para evitar esa matanza, es que a Wasen se le ocurre la entrega de la cárcel, porque tenía datos e indicios de que se iba a llegar, ese día o al día siguiente, habían estado en el local de al lado, creo que era un local de tapicería o algo así, y lo habían allanado, o sea que, estuvieron pared con pared. Entonces, él plantea la posibilidad de la entrega, le dimos el consentimiento, pero ni Wasen ni yo sabíamos la dirección, el único que sabía la dirección era Mor, lo que pasa es que Wasen sabía que Mor sabía, yo estaba sin militancia en ese entonces. Entonces los tres estuvimos de acuerdo, y yo me limite a dar el consentimiento, Wasen les dio a los jefes del Florida la dirección y Cristi decide que el que tiene que ir a parlamentar soy yo, porque Cristi creía que yo tenía más jerarquía, él como era general se pensó que nosotros nos movíamos también por jerarquías, y pensó que era Amodio Pérez el superior, y que si Amodio Pérez les pedía que se rindieran…pero no, a mí no me hicieron ni puto caso, al que le hicieron caso fue a Wasen, que en un tumulto que se montó entro y yo no me entere, me entere de eso en el año 2016-17 que Wasen había estado adentro, por eso durante años yo dije que el que había parlamentado había sido yo, y yo parlamente delante de la ventana, pero no me hicieron caso, le abrieron la puerta y el que entró fue Wasen, que Wasen es el que los convence de que hay que entregarse.

– ¿Qué le diría a quienes lo han señalado como traidor?

– Que repasen la historia y que vean, se me acusó de haber entregado la Cárcel del Pueblo, el mismo Marenales lo desmintió, lo desmiente en todos lados, a Tagliaferro en “Cantando las 40” y en el libro que le escribió Márquez Zacchino que se llama “Marenales”, ahí también lo reconoce, se lo reconoció en dos lados más en un canal de televisión porque Tagliaferro le dice “¿es verdad que usted en un programa de televisión dijo tal cosa?”, y Marenales dice “si, efectivamente”, fue Wasen. Después me acusaron de entregar los locales de Pérez Gomar, de Amazonas 1440, de haber entregado el berretín de la casa de Cámpora y otras mentiras, porque en los mismos libros, en el libro “Amazonas 1440” la hija de Cámpora dice “vino papá a casa y abrió el berretín”, y leyendo el mismo libro se saca que la policía lo tenía más que identificado y que lo estaban vigilando, y que llegan a la calle Pérez Gomar siguiendo a Wasen, que Wasen era el nexo entre los dos locales. Entonces, lo único que les quedo como todo eso se les vino abajo, les queda lo de que yo salía a la calle a señalar gente, los que se atrevieron a carearse conmigo que son los que están el libro “Condenado”, Quartiani y Martel, ninguno de los dos pudo testificar, porque Quartiani dice que me reconoció por la nuca, pero al mismo tiempo dice que yo estoy de poncho y de casco, y Martel no me acuerdo bien, pero dice una cosa que estuvo preso en el Cuartel de Infantería en una caballeriza, y yo le digo “¿cómo vas a estar preso en un Cuartel de Infantería en una caballeriza?, estarías en otro sitio”, entonces le dice la fiscal “Martel, ¿no sería un local en el que había paja sobre el suelo?”, entonces Martel rápido como era, agarró rápido en el aire la sugerencia de la fiscal y dijo “bueno si, sería que había paja en el suelo”, ya no era una caballeriza, ya podía ser el Cuartel de Infantería.

– ¿Quién o quiénes fueron los verdaderos traidores?

– Vamos a ver, yo no considero que un compañero, que un hombre, una mujer, que es torturado o que es amenazado con que va a ser torturado que entregue la información, yo considero que eso no es traicionar. Traicionar es haber hecho eso y después echarle la culpa a otro y haber dicho “yo no, fue fulano”, eso es traicionar, porque nadie resistió la tortura, es mentira, los que murieron en la tortura fue porque los militares fueron tan burros, que nunca llegaron a entender las diferencias entre una organización y otra, entonces, si vos tenías un preso de la OPR-33 y lo estas moliendo a palo, pero le preguntas cosas que son del MLN, nunca te las va a poder responder, eso fue así, y hoy te lo reconocen porque hablas con gente que estuvo en los interrogatorios y te dicen “si, fue así, éramos unos perejiles”, hoy lo reconocen pero en aquellos momentos ellos lo que querían era ganar los galones en la calle, y ganar los galones en la calle era ganar, molerte a palo, sacarte toda la información que tuvieras y darte hasta que aflojaras, y con muchos se les fue la mano, y lamentablemente los hicieron desaparecer, no tuvieron la valentía de decir “a fulanito lo matamos a golpes y no confeso, porque le estábamos preguntando una cosa que no nos podía responder”, hacer el mea culpa, decir fuimos tan ignorantes por no decir burros, aunque ya lo dije, éramos todos comunistas o todos tupamaros, entonces una cosa o la otra, no fueron capaces  de discernir que diferencia había entre un comunista y un tupamaro, y estábamos enfrentados, y ellos consideraban que éramos todos iguales, y así mataron más gente, que le vamos a hacer, es así.

– ¿Llegó a matar?

– No, afortunadamente nunca tuve que hacerlo. Autorice, yo vote la ejecución de Morán Charquero, fue la única, pero me hago cargo de todas las muertes porque fui miembro de una organización que mató gente.

– ¿Cuándo lo detienen?

– Me detuvieron tres veces, en junio del 70, en marzo del 72 y en mayo del 72, tres veces. La primera vez Inteligencia y Enlace, la segunda vez Inteligencia y Enlace, la tercera vez el Florida.

– ¿Cómo vivió su tiempo en la cárcel?

– En la cárcel muy bien, Puntas Carretas era un lugar que yo te diría casi de descanso, porque comparado con lo que era la militancia, una temporada en Puntas Carretas te dejaba como nuevo, tenías tiempo de leer, de estudiar, de conversar, de pensar en fugas, la organización estaba viva, entonces no estabas preso, estabas esperando a que un día la organización te sacará, bien como nos sacó con una fuga, o nos sacará tomando el poder. Entonces, estábamos bien, lo lamentable, lo peor se da a partir del año 72, incluso en la segunda detención cuando ya se empezaba a vislumbrar que aquella organización que un día te podía sacar o que un día podía tomar el poder, le faltaba mucho, mucho más de lo que ingenuamente habíamos pensado al principio, que decíamos que era a largo plazo, ya iba a ser a tan largo plazo que seguramente no lo ibas a ver, por esa degeneración que se venía dando.

– ¿Sufrió tortura?

– No, amenazas si, y la creencia de que me iban a torturar sí, es más, cuando yo me di cuenta que estaba en el Florida dije “Madre mía, dónde voy a caer”, y había sido mi salvación caer en el Florida, si hubiera caído en otra a lo mejor por lo menos los primeros días me hubieran molido a palo, es más, yo llevaba un tubo de Valium creyendo que con esas pastillas me pasaba para el otro lado y me las tragué por el temor de que me fueran a torturar y no, me las tomé inútilmente, me las hicieron arrojar, las vomite, y ahí fue que supe que el capitán Calcagno, el jefe del S2, del Servicio de Inteligencia del Florida era medio pariente mío, y que le había prometido a mi familia que no me iban a torturar, una promesa que le había hecho a una tía mía, y bueno, ahí empezamos las relaciones digamos más llevaderas “quédate tranquilo que acá nadie te va a tocar”, y cuando el MLN me condena a muerte por la entrega de la cárcel, me sacan del barracón y me llevan, porque los presos venían con orden de que si se encontraban conmigo debían matarme como fuera, entonces me sacaron del barracón y pase a vivir en la habitación de Calcagno.

– ¿Participó usted o sus compañeros tupamaros en torturas?

– No, yo no, sé de compañeros tupamaros participaron, no porque yo lo viera ni ninguno me lo contara de ellos, pero leído en libros de Vescovi y en libros de Haberkorn creo que se hace alguna referencia, y lo he leído en un trabajo que publicó Udelar sobre la dictadura, donde se transcriben algunas palabras de Fernández Huidobro, donde él cuenta cómo había sido torturado un contador israelita, él le dice “el judío fulano” o algo así, no quiero equivocarme, igual todo esto lo tengo documentado, donde él cuenta que por lo menos se montaba un ambiente de tortura, de gritos, del cual participaron compañeros para hacerles creer a los presos por delitos ilícitos económicos, que iban a ser torturados ellos también, y hay militares que estuvieron en el Cuartel de La Paloma que me cuentan y me dieron nombres, ahora en este momento no los recuerdo, tendría que buscar la documentación, de gente que directamente participo en ese teatrillo que se montaba, pero es así, lo conozco por esa referencia.

– ¿Quien o quienes idearon los planes de fugas?

– El primero, el de la Cárcel de Mujeres, fuimos en comando de la Columna 15, el segundo, la segunda fuga de la Cárcel de Mujeres no sé quién lo ideó, pero sacando cuentas de que gente participó y quienes organizaron también fue gente de la Columna 15, porque estuvo Engler metido, Schroeder, Blanco Katras. El nuestro, “El Abuso”, lo inventó Juancito Almirati, que se lo contó al “Bebe” Sendic, y Sendic le dijo “anda y habla con el “Negro””, cuenta Almirati, sacado del archivo Cámpora, una charla que Almirati relata cómo se gestó “El Abuso”, yo le puse el nombre “El Abuso” porque Almirati me decía “va a ser un abuso, va a ser un abuso”, y entonces le quedó “El Abuso”. Es más, Almirati cuenta que yo hablaba del abuso y él me dice “¿porque decís el abuso?”, y yo le digo “porque vos te pasas diciendo que va a ser un abuso”, y claro, nos íbamos a escapar medio penal. Y la segunda fuga de Punta Carretas se hizo a medias entre los presos y yo, entre Zabalza digamos y yo, Zabalza encargado de la parte de adentro y yo encargado de la parte de afuera. Es más, cuando me detienen en febrero del año 72, yo iba a una casa en la calle Emilio Raña, porque iba a reunirme con gente que iba a participar en la parte desde el exterior, yo creía que iba a participar desde afuera, esa tarde me detienen y tuve que participar desde adentro.

– ¿Qué les diría a los jóvenes como yo, que crecimos en democracia y nos hicieron creer que el MLN peleó contra la dictadura?

– Que lean la historia, que lean la historia. Eso está tan claro que tuvieron que decir que la dictadura empieza con Pacheco, y la dictadura no empieza con Pacheco, la dictadura empieza con Bordaberry en el año 73, porque a Bordaberry lo dejaron solo, seguramente si el sector político hubiera actuado de otra manera, a lo mejor los militares tampoco se hubieran atrevido a dar el golpe, a pesar de que estaban muy manijeados por los yanquis, porque esa es otra cosa que se dice poco, pero la influencia del Departamento de Estado norteamericano en los golpes de estado por toda América Latina era cosa de todos los días. Entonces, hay que leer la historia. Y a propósito de leer la historia, yo por cuestiones profesionales, tuve que leer “El voto que el alma pronuncia” escrito por Álvaro Díez de Medina porque se está trabajando para una reedición, y de ahí sale la cantidad de trampas en las elecciones llevadas tanto por el Partido Nacional como por el Partido Colorado, las intentonas golpistas de uno y del otro lado, y como se resolvieron todos los levantamientos, el gobierno de turno le pagó indemnización a los levantados en armas, o sea que la indemnización de los Tupamaros no es un invento ni de Sanguinetti, ni del año 80 y pico, es de vieja data, incluso a Saravia se lo indemniza. Hay que leer la historia, pero leerla con ojos críticos y con sentido crítico, son tan grandes las contradicciones entre un libro y otro, en “Mentiras tupamaras” está como en “Memorias de Insurgencia” el “Ñato” Fernández Huidobro en unas páginas dice una cosa, y en el mismo libro, dos páginas más adelante dicen otra completamente diferente, y eso son contradicciones que ningún historiador, ningún periodista, ni Haberkorn ni nadie las ha tenida en cuenta, y es tremendo.

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