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Fania Oz: “El optimismo no puede cambiar la historia pero la esperanza sí”
Fania Oz Salzberger, hija del reconocido escritor Amos Oz, visitó Radio Jai y analizó el pasado, presente y futuro del Estado de Israel.
Entre tantas anécdotas enriquecedoras, la historiadora y escritora, recordó cuando estuvo presente el 4 de noviembre de 1995 en la concentración en apoyo de los Acuerdos de Oslo en la Plaza de los Reyes de Israel en Tel Aviv, trágico momento en que Itzjak Rabin fue asesinado por un ultranacionalista israelí llamado Yigal Amir, se opuso radicalmente a la iniciativa de paz de Rabin y particularmente a la firma de los Acuerdos de Oslo.

La escritora indicó: “No es lo mismo el nacionalismo que el patriotismo”, además de destacar que “la crisis política en la que se encuentra Israel tiene su origen en Benjamín Netanyahu”. Según Fania, él es responsable de la división entre israelíes, los cuales no están relacionados con la derecha o la izquierda sino con los temas personales del primer ministro.
“Netanyahu y quienes él trajo al gobierno son populistas extremistas, pero hay un nuevo espíritu liberal representado por la ciudad de Tel Aviv frente a la ortodoxia conservadora de Jerusalem”.
Fania da clases en la Facultad de Leyes y dialogando con todos sus pares hay una coincidencia en la opinión: Es muy probable que Netanyahu sea acusado de 1, 2 y hasta 3 cargos de corrupción.
La influencia de su padre Amos
Citando a su padre, Fania recordó un gran mensaje: “El sionismo nos dio no solo el Estado de Israel, sino que también tres cosas importantes: El kibutz, el idioma hebreo y la ciudad de Tel Aviv”. Respecto a esta ultima, Fania discrepó con quienes la consideran como una “fea” ciudad, y aclara que para ella sería “la ciudad fea mas sexy del mundo”….
Respecto al futuro Fania marcó una diferencia entre optimismo y esperanza y se pregunta: “¿Soy optimista? No ¿Tengo esperanza? Definitivamente si”. La diferencia, destaca en estos conceptos, es la definición del primero como “la forma en que uno ve a través de un lente de un anteojo”, mientras que a la segunda, la esperanza, no la ve como una perspectiva sino como “una tarea, un trabajo” y concluye citando que “el optimismo no puede cambiar la historia pero la esperanza sí”.
En el plano netamente político, que tiene convulsionado desde hace meses a Israel, en la dicotomía entre Netanyahu, Gantz y el rol del próximo primer ministro, Fania “contó un secreto”: “Hace dos años, Gantz decidió ingresar a la política para cambiar algo. No era una izquierda clásica, son democráticos, a favor del gobierno de la ley, el liberalismo y la idea de tener las manos limpias, la honradez. Cuando decidió tomar este camino (Gantz) fue a ver a mi padre. Por un año y medio, venía a mi casa una vez al mes y se sentaba por horas y cuando yo le preguntaba a mi papa de que hablaban no me contaba”. A pesar de esta desazón, su padre le dejo un mensaje resumido pero con fuerte claridad sobre el futuro del país al mencionarle una sola cosa: “Benny Gantz y yo no estamos en el mismo plano político, pero yo te digo que esa persona, tiene que ser gobernante del Estado de Israel. Porque quien ocupe ese cargo tiene que tener cuatro condiciones. Primero tiene que conocer la naturaleza humana, segundo tiene que poder leer un mapa, tercero tener valentía y por último tener compasión. Gantz tiene las cuatro condiciones”.