PSICOSOMÁTICA EN PSICOGERIATRÍA UN PASO INELUDIBLE. Por David Karp.

PSICOSOMÁTICA EN PSICOGERIATRÍA: UN PASO INELUDIBLE.
David Karp.

INTRODUCCIÓN:

Con el presente trabajo se pretende incursionar en áreas poco frecuentadas por el Movimiento Psicoanalítico.

 Tanto la Psicosomática como la Psicogeriatría no se han caracterizado por ser centros de interés para la mayoría de aquellos que transcurren por estos caminos del conocimiento. 

Es por eso que, desde los escritos de Freud centraremos nuestra atención en la posibilidad de un enfoque psicoanalítico en la Psicogeriatría tratando de justificar la necesidad de incluir al cuerpo dentro de la clínica cotidiana. 

EL ANCIANO 

La razón por la cual seguiremos el antes mencionado camino están basadas en observaciones la clínicas. 
La polipatología del anciano, en determinado momento pasa a ser parte medular en su vida 
Siente que la razón y el motivo de sus limitaciones y sus pérdidas están basadas – y desde el discurso consciente así lo expresa – en las facultades ( capacidades) perdidas. 
Si bién la Gerontología ha avanzado singularmente en la diferenciación entre envejecimiento NORMAL y DETERIORO, al anciano le importa poco por cuál de los caminos está cursando. Las limitaciones son vividas en forma de perdidas narcisistas, lo que determina una serie de recriminaciones desde el Ideal del Yo – es decir más arcaicas y con menos posibilidad de manejo -que a la postre pueden llegar a dominar su mundo interno. 

Ësto que acabamos de menciona,  de alguna forma concuerda con ciertas afirmaciones de Freud: 
En 1925 escribía en Inhibición, Síntoma Y Angustia: 

A raíz del dolor corporal se genera una investidura elevada que ha de llamarse narcisista, del lugar doliente del cuerpo; esta investidura aumenta cada vez más y ejerce sobre el yo un efecto de vaciamiento, por así decir. 
El paso del dolor corporal al dolor anímico corresponde a la mudanza de investidura narcisista en investidura de objeto . La representación-objeto , que recibe de la necesidad una elevada investidura , desempeña el papel del lugar del cuerpo investido por el incremento del estímulo.(T XX Pág.160) 

Años antes en 1912 en Sobre Los Tiempos De La Contracción De Neurosis había afirmado: 

Un debilitamiento del yo por enfermedad orgánica o por una particular demanda de su energía podrá hacer salir a la luz neurosis que de otro modo habrían permanecido latentes, no obstante existir la predisposición. 
El significado que nos vemos precisados a atribuir a la cantidad libidinal para la causación de la enfermedad armoniza a maravilla con dos tesis básicas de la teoría de la neurosis, resultado del psicoanálisis. En primer lugar , con la afirmación de que las neurosis surgen del conflicto entre el yo y la libido; en segundo lugar, con la intelección de que no existe ninguna diversidad cualitativa entre las condiciones de la salud y de las neurosis , y los sanos enfrentan las misma lucha para dominar la libido , sólo que les va mejor en ella. (TXII Pág. 244). 

Plantearemos un aspecto del paciente añoso vinculado a su mundo intra psíquico: el funcionamiento de éste está directamente influenciado por las condiciones orgánicas predominantes. Implícitamente se está afirmando que las condiciones físicas antes mencionadas actuarían como una variable dentro de una función. A mayor problemática física será invertida una mayor demanda de energía yoica y viceversa. 

Aparentemente ya contamos con elementos para poder encarar la problemática del anciano desde una óptica psicoanalítica. 
Pero, es nuestro interés aportar otro elemento. En l914, en su obra Contribución Al Movimiento Psicoanalítico Freud afirmaba: 

El conflicto entre aspiraciones eróticas desacordes con el yo {ichwidring} y la afirmación del yo fue reemplazado por el conflicto de la «tarea de vida» y la «inercia psíquica»; el sentimiento neurótico de culpa correspondió al reproche que el individuo se hace por no haber cumplido su tarea en la vida (TXIV Pág 60) 

Estas últimas palabras son válidas para generalizar la problemática del anciano. 
Es en este período cuando más autoreproches escuchamos con respecto a la falta de expectativas para cumplir con lo que fueron proyectos anteriores de vida.

Aquellos que tenemos contacto frecuente con pacientes añosos, encontramos que existe casi unánimemente una razón esgrimida por ellos en su discurso consciente para justificar ésta situación: la incapacidad física, la poli patología propia de la tercera edad.

Tal como se dijo anteriormente, estos reproches proviene de un Ideal del Yo, que al igual que el resto del Ser, sabe que ésta es la última oportunidad de plantear sus recriminaciones. 

Resumamos: 

La conflictiva del anciano aparece explicitada a través de quejas somáticas dentro de un contexto de pérdidas que en el fondo no hacen más que enmascarar el contexto narcisista de la problemática .A diferencia de muchos autores que plantean la poca plasticidad del anciano ( incluso el propio Freud lo afirmaba en 1937 en Análisis Terminable E Internable cuando hace mención a la Entropía Psíquica (TXXIII pág 244), nos permitimos señalar que será necesario hacer una lectura correlativa de las manifestaciones orgánicas presentes en nuestros pacientes añosos, para poder llevar adelante una tarea correcta. 

EL CUERPO. 

Las afirmaciones precedentes nos obligan a fundamentarlas. 
Por eso, y manteniendo la línea presentada hasta ahora, continuaremos fundamentando en Freud nuestras propias afirmaciones. 
Para ello deberemos realizar un pequeño – pero importante a nuestro entender – estudio de las consideraciones que Freud tenía con respecto al cuerpo. 
No intentaremos abarcar todos los aspectos y significados estudiados por él, sino que nos remitiremos a aquellos fragmentos que nos van a permitir seguir adelante. 

El psicoanálisis comienza en el cuerpo. 
Seria redundante aquí hacer mención a los primeros años de Freud como médico y su interés por las diferencias observadas entre las parálisis histéricas y las neurológicas. 

En 1890 en Tratamiento Psíquico Del Alma lo definía con éstas palabras: 

Tratamiento psíquico» quiere decir, más bien tratamiento desde el alma- ya sea de perturbaciones anímicas o corporales- con recursos que de manera primaria e inmediata influyen sobre el ánimo del hombre.(T 1 Pág 115). 
(…) 
Los médicos se vieron así frente a la tarea de investigar la naturaleza y el origen de las manifestaciones patológicas en el caso de estas personas nerviosas o neuróticas llegándose a este descubrimiento: al menos en algunos de estos enfermos , los signos patológicos no provienen sino de un influjo alterado de su vida anímica sobre su cuerpo. Por tanto la causa inmediata de la perturbación ha de buscarse en lo anímico (…) Pero la ciencia médica había hallado aquí el anudamiento para entender en su plena dimensión al aspecto descuidado hasta entonces la relación reciproca entre cuerpo y alma.(…)En ciertos estados anímicos denominados «afectos», la coparticipación del cuerpo es tan llamativa y tan grande que muchos investigadores del alma dieron en pensar que la naturaleza de los afectos consistiría solo en éstas exteriorizaciones corporales suyas.(T1 Pág. 118) 

Freud especifica la relación existente entre el cuerpo y el afecto (relación ésta que no será cuestionada posteriormente). 

Me veo precisado a representarme – por otras razones – el desprendimiento del afecto como un proceso centrífugo dirigido hacia el interior del cuerpo y análogo a los procesos de inervación motriz secretoria (La elaboración secundaria T5 Pág. 4) 

Para Freud lo afectivo está directamente relacionado – y por vías fisiológicas – al cuerpo, debiéndose entender esto como un camino alternativo que dispone el afecto para manifestarse especialmente cuando el impedimento represivo-censor suprime otras opciones! 
Debemos esperar hasta 1926, para que en su trabajo Inhibición Síntoma Y Angustia correlacione al síntoma, su satisfacción y el cuerpo: 

Pero en esta degradación del síntoma del decurso de la satisfacción, la represión demuestra su poder también en otro punto. 
El proceso sustitutivo es mantenido lejos, en todo lo posible , de su descarga por la motilidad; y si esto no se logra, se ve forzado en la alteración del cuerpo propio y no se le permite desbordar sobre el mundo exterior; le está prohibido Iverweherenl trasponerse en acción Lo comprendemos: en la represión el yo trabaja bajo la influencia , y por eso segrega de ella al resultado del proceso sustitutivo (T20 Pág. 91) 

Con esta cita podemos salir del marco afectivo – corporal para ingresar en la dinámica del mundo intra psíquico. 
Para el año 1933 en su libro dedicado a las Nuevas Conferencias en su artículo Angustia Y Vida Pulsional se propone otra dimensión de la relación alma – cuerpo: 

Antes bien, vemos un gran número de pulsiones parciales, provenientes de diversas partes y regiones del cuerpo, que con bastante independencia recíproca pugnan por alcanzar una satisfacción y la hallan en algo que podemos llamar placer de órgano (T XXII Pág. 90) 

Se establece una estrecha relación entre lo corporal, lo pulsional, y placer de órgano . Si bien éste último concepto generalmente está ligado a nuestro desarrollo psico-sexual, cabría la posibilidad de preguntarse la relación existente entre la satisfacción de pulsiones parciales y el cuerpo a otro nivel, a nivel de los beneficios primario y secundario de una manifestación somática de conflicto.

Concluiremos esta pequeña revisión bibliográfica de Freud sobre éste tema con dos textos escritos en 1938 en su Esquema del Psicoanálisis. El primero pertenece al capítulo dedicado a La Doctrina De Las Pulsiones y el segundo lo podemos encontrar en el capítulo dedicado a las Cualidades Psíquicas. 

Llamamos pulsiones a las fuerzas que suponemos tras las tensiones de necesidad del ello. Representan /reprüsentieren/ los requerimientos que hace el cuerpo de la vida anímica(T23 Pág.146) 
Esto sugiere de una manera natural poner el acento en psicología ,sobre estos procesos somáticos, reconocer en ellos lo psíquico genuino y buscar una apreciación diversa para los procesos conscientes (…) Sin embargo , tal es la argumentación que el psicoanálisis se ve obligado a adoptar, y este es su segundo supuesto fundamental. Declara que esos procesos concomitantes presuntamente somáticos son lo psíquico genuino, y para hacerlo prescinde al comienzo de la cualidad de la conciencia (T23 Pág. 155-156). 

Con esta pequeña pero significativa revisión bibliográfica del tema en Freud hemos pretendido recordar: 

A) el cuerpo y lo anímico están directamente relacionados 
B) El cuerpo es una vía posible de expresión del afecto 
C) El cuerpo está íntimamente vinculado con nuestra dinámica intrapsíquica 
D) Lo pulsional, el placer de órgano y lo narcisista también lo están 
E) Lo somático, es decir, aquello que expresamos con nuestro cuerpo tendría el valor de lo psíquico genuino 

Una vez llegados a este punto deberemos hacer una elección importante. 

Hoy día, la psicosomática dentro del psicoanálisis nos presenta dos caminos posibles para valorar la manifestación somática de conflicto. 
Por un lado nos afirma que aquella persona que cursa por esta vía carece de capacidad de simbolización, razón por la cuál no puede atribuirse un significado simbólico a su síntoma orgánico. Por otro lado, se nos abre el camino de entender a la manifestación somática como otra vía posible de manifestación simbólica, razón por la cual el síntoma puede ser interpretado. 

Por si no ha quedado claro con los fragmentos de Freud escogidos, nos afiliamos a la segunda de estas opciones. 
Esta nos permitirá resumir: el anciano no se anquilosa ni pierde su dinámica intrapsíquica, sino que cambia su vía de manifestación. Guiado por la demanda libidinal del envejecimiento corporal, al igual que el paciente de predominio somático de expresión, simbólicamente expresa sus síntomas a través del cuerpo, dándole un sesgo narcisista a toda su problemática. 

EL PROBLEMA 

Si bien hemos tratado de plantear una vía posible de abordaje de la problemática del anciano desde el psicoanálisis, se ha hecho desde la conciencia que es un tema muy poco frecuentado y desarrollado por el Movimiento Psicoanalítico 
La razón por la cual el psicoanálisis no ha profundizado mucho en la psicología del anciano puede ser abordado desde muchas ópticas. 

Una de ellas podría ser por las dificultades con respecto al cuerpo y como interpretar lo que él nos trasmite 
Otras deben ser entendidas como propias y específicas de ésta edad. 
La escucha del anciano nos lleva por muchos caminos. Uno de ellos es al propio envejecimiento o al deterioro futuro. En nuestro análisis reelaboramos nuestra infancia, nuestra adolescencia, nuestros conflictos adultos, pero no se suele trabajar sobre el envejecimiento futuro. 
Otro camino por el que se puede cursar será planteado por analogía.

De la misma forma que el adolescente nos remite a nuestra propia adolescencia, el anciano nos remite a la relación con nuestros padres. Como buenos neuróticos en situación de reforma lo edipico está en nosotros más o menos trabajado. Ergo la sexualidad del anciano nos replantea la reprimida – en nosotros- sexualidad de nuestros padres. 
Finalmente, si aceptamos la dinámica simbólica del cuerpo del anciano, para comprenderla e interpretarla necesariamente deberemos completar nuestra formación con un importante bagaje de conocimientos referidos al envejecimiento tanto normal como patológico. 

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