Movimientos “migrañosos”

Movimientos “migrañosos”

 

 

Dra Alejandra Levy médica Psiquíatra

Casa por medio de donde vivo hay un comercio de comidas muy conocido. Hace unos meses comenzó  a trabajar un muchacho muy atento y simpático atendiendo al público. El “cantito” me dice que puede ser centroamerico, pero como no me doy cuenta exactamente de donde, le pregunto. No es centroamericano, vino de Venezuela hace 8 meses; es Físico, daba clases en la Universidad; “por suerte no tuve que dejar esposa ni hijos pero si al resto de mi familia, ellos me ayudaron para que yo pudiera salir; estoy contento acá, tengo trabajo, les envío dinero y comencé a dar clases de física en dos colegios”.

A fines del año pasado luego de ir al teatro con una amiga, que venía a visitar a su familia desde Israel, vamos a una concurrida pizzería de Pocitos; nos atiende una joven bellísima, su voz nos hace preguntarle de donde es: “Venezuela…tengo 24 años…vine por tierra…mi padres me dieron los pocos ahorros que tenían para que yo me pudiera ir, estaba estudiando en la Universidad pero ya era imposible”.

Trabajo en una Institución que contrató un Servicio de Vigilancia en donde el 80% de los empleados son cubaños, venezolanos, y domincanos. Son educados, responsables, tienen un trato con el público y el personal más que adecuado, sin embargo ninguno de la decena con los que me cruzo diariamente y charlamos jamás trabajó en “vigilancia”; uno era entrenador de basket en Cuba, el otro tenía un comercio en Venezuela, y así podría seguir todas sus historias de vida.

Una mujer de unos cuarenta y pico de años también empleada de una empresa, en este caso de limpieza, de un Ente Público ordena el escritorio de un familiar directo; sus trenzas, su color de piel y su voz más su amabilidad la caracterizan. “Soy dominicana … Ingeniera Química …le tengo que agradecer a este país por como me ha recibido…con lo que gano pago una pensión y vivo, el resto se los envío a mis hijos; quiero que ellos estudien, los extraño pero soy una mujer sola y era la única posibilidad que tenía para asegurarles a mis hijos que continuaran estudiando”.

Desconozco la realidad de otras Facultades de la UdelaR pero si conozco muy bien la Facultad de Medicina y el Hospital de Clínicas. En absolutamente todas la Cátedras han inmigrantes de Ecuador, Colombia, Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia que han venido a revalidad sus cursos de especialización.

A mi me sale del corazón, “bienvenidos”.

Desde hace meses leo que muchas personas publican en las redes sociales sociales mentiras: “que el gobierno les da beneficios, que les dará tierras”, etc. etc. etc…”porqué esos beneficios no nos lo dan a los URUGUAYOS en lugar de dárselos a los EXTRANJEROS?”. Además de repulsivas este tipo de publicaciones me dan tristeza. Si leo los apellidos de quienes publican ese tipo de estupideces no se trata de apellidos “charrúas”, son todos apellidos europeos; a caso se han olvidado que nuestros abuelos y bisabuelos vinieron en las mismas condiciones; a caso se han olvidado que en Uruguay existieron por los menos tres movimientos de emigración muy marcados: el primero, aquellos que se iban a los EEUU, a Australia, o a España a “ganar mejor”; el segundo, el del exilio político durante la dictadura cívico-militar; y, un tercer movimiento de emigrantes en la crisis del 2002. Pero nadie recuerda eso. Sin embargo estudios en Uruguay demuestran que en determinados sectores socio-culturales no hay ninguna familia que haya sido ajena a la emigración de algún conocido o familiar.

¿En qué mundo vive está gente que hace este tipo de comentarios?

El “argumento” que “le sacan el empleo a los uruguayos” es constante. Una gran mentira: trabajan en lo que los uruguayos se niegan a trabajar porque la paga es muy poca pero para los inmigrantes es mucha y ayuda a sus familiares.

Mientras estos fenómenos comenzaron a suceder en España y Francia resultaba “pintoresco” cuando quienes iban venían con los cuentos que en París cerca de la Torre Eiffel estaba llena de africanos que insistían en vender una réplica de la misma por “one euro”, que cada pocas cuadras colocaban una lona en el piso con carteras imitación de marcas conocidas a bajísimos precios, que todas las mujeres uruguayas compraban cuando las veían, o camisetas de fútbol con los nombres de los principales jugadores de los cuadros europeos, muchos de ellos sudamericanos. A mi eso no me resultó jamás “pintoresco” en todas las veces que estuve en Europa. Entiendo que es su manera de ganarse la vida pero vi en varias oportunidades como levantaban esas lonas del piso y debían salir corriendo como si fueran delincuentes porque la policía estaba cerca. Compartí ir a lavar la ropa en los lavaderos y charlas con algunos de ellos…”12 o 15 viviendo en un piso” y todo para poder vivir, comer y enviar dinero a sus familias.

Qué sucede en Londres o en Bélgica? Las políticas migratorias fueron más “organizadas” y hoy se ve a segundas y terceras generaciones en los metros, en los parques los niños con sus maestras cantando, a la salida de los colegios disfrutando del aire libre jóvenes compartiendo unas pizzas y jugando a juegos en sus celulares, y nada los diferencia.

Diga lo que se diga de Angela Merkel fue la primera mandataria europea en recibir un millón y medio de refugiados cuando recrudeció la guerra en Siria; sin embargo Grecia tiene, a la fecha, hogares de centenares de niños de todas las edades esperando a reencontrase con sus madres; el gobierno griego ya dijo que como “le cuesta mucho dinero la reunificación de cada uno de estos niños se va a hacer de manera progresiva a un ritmo de 4 por año”. Quizás cuando les toque a los últimos sus madres ya no estén vivas.

Barcos llenos de inmigrantes llegan a los puertos de ciudades en Italia y no se les permite varar. Estos barcos por semanas andan en el Mediterráneo con seres humanos de todas las edades y son el gran dolor de cabeza para los gobiernos. Salen barcos elaborados de manera casera y “gomones” que llegan a España. De qué nos enteramos? Cuando se publican en los medios fotos de niños muertos en las orillas de las playas, o del número de estos inmigrantes ahogados. Nadie entiende que todos estos seres humanos están escapando de la desesperación, del hambre, de la guerra, de la persecución, de regímenes autoritarios al igual que sucede hoy con los inmigrantes que llegan a Uruguay.

Escuchaba a un periodista cubano haciendo “mea culpa” – él no había nacido pero se sentía avergonzado de lo que había hecho su país –, cuando en los años 1930, a un barco lleno de judíos que escapaban de Europa se les negó su ingreso a Cuba.

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