¿Qué es Jánuca? preguntan los sabios en el segundo libro de la Mishná. Y RaShi (Rabí Shlomó Itzjaki)

Alberto Mazor 3 de diciembre de 2018 1:34

¡MILAGRO LAS PELOTAS!

Alberto Mazor

“La libertad Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos. Con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni cubre el mar; por la libertad, así como por la honra, se puede y se debe aventurar la vida. Y por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”.
(Miguel de Cervantes; “Don Quijote de la Mancha”)

¿Qué es Jánuca? preguntan los sabios en el segundo libro de la Mishná. Y RaShi (Rabí Shlomó Itzjaki), el comentarista más importante de la Torá y del Talmud amplía aún más el interrogante: “¿En base a qué milagro fué fijada la fiesta de Jánuca?”.

Está claro que para RaShi Jánuca es la “Fiesta del Milagro”; según él, a los sabios sólo les restaría aclarar la naturaleza de este hecho maravilloso.

En cuanto a nosotros, gente común de tolerancia religiosa y de pluralismo cultural, ¿cual es nuestro significado de la fiesta de Jánuca? ¿si Jánuca simboliza la victoria del judaísmo ortodoxo sobre el helenismo, acaso no nos hubiéramos unido a este último? ¿no hubiésemos preferido una síntesis entre la riqueza cultural griega y la tradición judía de nuestros antepasados a encerrarnos totalmente en los límites estructurales de un judaísmo fundamentalista?

¿Y si, como dice RaShi, Jánuca no es la fiesta de la victoria del judaísmo sobre el helenismo, sino la “Fiesta del Gran Milagro” ¿podemos entonces identificarnos plenamente con el cuento de Jánuca?

Los primeros jalutzim (pioneros) que con su esfuerzo y entrega sentaron las bases sociales, políticas y económicas para la futura creación del Estado de Israel, responderían racionalmente, cientos de años después, a la pregunta de RaShi sobre el milagro; ellos cantaban: “¡No nos ocurrió ningún milagro, no encontramos ningún frasco de aceite!” (¡Nes lo kará lanu, paj shemen lo matzanu!).

Estas dos concepciones permanecen aún vigentes y exigen nuevas respuestas: ¿Qué significa Jánuca? ¿En qué milagro está basada?

La gran mayoría de los investigadores históricos tuvo mucha dificultad para entender qué llevó al rey Antíoco IV Epifanes a prohibir que los hebreos de Jerusalén y de Judea lleven a cabo gran parte de sus preceptos religiosos. Antíoco IV fué educado en los marcos de la tradición pagana helenista; persecusiones religiosas y prohibición de costumbres a otros pueblos o naciones no eran exactamente las características de este tipo de educación.

La investigación histórica contemporanea llegó a la conclusión de que las imposiciones de Antíoco IV no fueron la causa de la rebelión judía sino un resultado de la misma; es decir: en Judea, entre los años 169-167 A.C. se desató una rebelión o, en términos más simples, una guerra civil; el rey Antíoco llegó a Jerusalén para apoyar a las fuerzas judías aristocráticas que le eran fieles y, como parte de esa “ayuda”, dictó sus famosas limitaciones religiosas.

La rebelión judía no fué, como se suele creer, una respuesta a esas limitaciones religiosas; las limitaciones religiosas fueron la respuesta a dicha rebelión.

Desde esta perspectiva la pregunta ¿Qué es Jánuca? adquiere un nuevo significado histórico: ¿Porqué se desencadenó una guerra civil en Judea entre los años 169-167 A.C.? ¿Quiénes salieron victoriosos de esa guerra? ¿Es dicha victoria el significado que queremos otorgarle a la fiesta de Jánuca cuando les relatamos el cuento a nuestros hijos y nietos?

La guerra civil que antecedió a las limitaciones religiosas del rey Antíoco IV fué producto de una rebelión sangrienta de las clases sociales más empobrecidas y humildes contra la aristocracia jerosalemitana. Numerosos aldeanos y campesinos de los alrededores de Jerusalén, comandados por sus líderes religiosos, se aliaron a la población urbana de clase media-baja para combatir el creciente proceso de concentración de las tierras de Judea en manos de unas pocas familias y contra la explotación económica a la cual eran sometidos por dicha oligarquía hebrea (No mucho cambió desde entonces).

La rebelión enfrentó a una capa social que se veía a si misma parte del “mundo globalizado”, que ejecutaba reformas económicas con el objetivo de concentrar la riqueza en manos de unos pocos, en contra de una numerosa clase popular paupérrima y extenuada por la explotación y la opresión. Esta aristocracia vivía bajo la influencia de la cultura helenista que tenía sus raíces en la antigua Grecia y de la cual no existen dudas sobre su enorme contribución al desarrollo del pensamiento humanista de nuestros días.

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