SOY PALESTINO –

SOY PALESTINO –

 Mauricio Aliskevicius

                                                                                           Rehovot – Israel 

Estoy mal, vivo mal en el que debería ser mi país. Tengo que buscar algo mejor.

Me quedo en Cisjordania . Acá la pasamos mal, nuestro presidente  Abbas nos roba el dinero, se construye un palacio para él y tiene cientos de millones de dólares en sus cuentas bancarias, mientras nosotros si precisamos un tratamiento médico debemos entrar en Israel y pedirle a los sionistas que nos curen, ya que ellos lo hacen gratuitamente y de buena gana. Si hablamos mal de este gobierno nuestro nos encarcelan, si hablamos mal de Hamas nuestra vida corre peligro.  Antes trabajábamos en una empresa de los sionistas fabricando esas máquinas para gasificar el agua, pero ahora perdimos ese trabajo porque lo boicotearon los europeos.

Me voy a Gaza, tal vez esté mejor allí;  había mucho trabajo en empresas de los judíos, que te pagaban bien y no había problemas. Y también se puede cruzar al sur de los sionistas que ellos dan trabajo en sus granjas y nos dan seguro social.  

Estuve en Gaza, no hay trabajo, no hay hospitales ni escuelas que trabajen en condiciones aceptables. Apenas se consiguen algunas medicinas que los judíos aportan. Si nos enfermamos tenemos que pedir que nos dejen entrar en hospitales del sur de los sionistas. Ahora gobierna el Hamas, los de la Autoridad Palestina fueron expulsados o asesinados. Las instalaciones en las que se trabajaba y eran propiedad de judíos que vivieron allí cientos de años, los sionistas se llevaron a rastras a los dueños para que no quedara ni un solo judío en Gaza. Entonces los de Hamas, en vez de hacernos trabajar a nosotros, rompieron todo y pusieron allí centros de bombardeo con misiles hacia el sur de la entidad sionista. Las escuelas y hospitales se convirtieron en polvorines y bases de lanzamiento de misiles.  Nos obligan a ir a la frontera y tratar de lastimar o matar a los soldados enemigos, quemar las plantaciones que tienen cerca; para eso arriesgamos nuestras vidas y ni nos pagan, y nuestras esposas e hijos sufren la misma obligación. No tenemos casi agua para beber, y electricidad solamente dos o tres horas al día, por lo que ni podemos tener comida  guardada en la heladera. Para colmo agua y electricidad la dan los israelíes y ni siquiera la Autoridad Palestina es capaz de pagar para que tengamos lo suficiente. Hay mucho dinero que proviene de la UN y de muchos países occidentales, pero Hamas lo gasta en sus locos asuntos militares y en guardar mucho para sus bolsillos. Los muchos locales de la UNWRA que deberían ser para ayudarnos, están convertidos en bases militares donde Hamas almacena sus misiles y tiene sus bases de lanzamiento. En realidad deberían hacer escuelas, hospitales y comedores populares, pero el dinero prefieren usarlo en construir túneles para entrar al territorio de los sionistas a matar y destruir. Pensar que cuando el gobierno de ocupación sionista le quiso dar Gaza a Egipto, Sadat se negó a recibirlo.

Me voy de Gaza, sigo para Siria. Pero allí me encuentro con que hay una Guerra interna entre muchos grupos de mis hermanos del Islam, se matan entre ellos y cualquier bala me puede matar a mí. Para peor el gobierno sirio de Assad bombardea con armas químicas y mata a mucha de mi gente. Ya murieron más de medio millón y son como dos millones los que se escaparon a otros países. Nos vamos a la zona del Golán,  el límite con Israel. Allí cuando podemos cruzamos la frontera y el ejército de ocupación sionista nos cura en sus hospitales, nos da alimentos, pero nos tienen que mandar de vuelta porque no nos pueden aceptar (somos cientos de miles), y debemos entrar de incógnito porque si los sirios se enteran nos matan de inmediato. Sé que hasta hubo muchas mujeres embarazadas que tuvieron sus hijos en esos hospitales.

Pensé qué hacer, tengo cerca a Turquía pero allí no nos quieren,en Irán tampoco (no son árabes), nos dan ayuda para matar judíos pero no para nosotros.Trataré de entrar al Líbano.

En el Líbano, después de muchas peripecias me enviaron al campamento de refugiados que tienen allí. Es casi una cárcel al aire libre, donde nos tratan mal, sin casi alimentos, podemos salir solamente si conseguimos algún trabajo afuera. No nos permiten estudiar, no nos permiten ejercer carreras universitarias, nos permiten trabajos en unos pocos oficios porque no nos dejan ejercer otros. Los patrones se aprovechan de nuestra situación y nos pagan una miseria. Y el gobierno no nos concede la ciudadanía ni siquiera a los hijos que nacen allí, y menos aún comprar tierras o viviendas. Sabemos que la ONU a través del UNWRA y países europeos dan mucho dinero para nosotros, pero no nos llega ni una moneda.

Me puse a averiguar qué sucede en otros lugares. Sabía que había hermanos nuestros trabajando mucho en los países del Golfo. En los pozos de petróleo de Kuwait, Dubai, Arabia Saudita y otros hay muchos palestinos que llevan años allí. Pero me dijeron que trabajan como burros, les pagan muy poco, y tampoco quieren hacerlos ciudadanos; les niegan muchos beneficios que tienen otros que allí trabajan. Así que no voy a viajar tan lejos para nada.

Pensé en Jordania, que en realidad  debería ser nuestra patria palestina. Pero recordé el famoso “setiembre negro”, cuando mataron a miles de mis hermanos y expulsaron a muchos miles más, todo en pocos días.

Ni pienso en ir más lejos. En los países del norte africano hay guerras y problemas todos los días, asesinatos en masa y toda clase de calamidades, además nos tienen en campos parecidos a los de Líbano. Dicen que hay muchos hijos y nietos de palestinos que están bien en Sudamérica, en Chile, en las fronteras de Paraguay, Brasil, Argentina y Uruguay. Pero qué tengo que ver yo con esos lugares? No conozco el idioma, mis costumbres son diferentes, mis leyes son la sharía, mis comidas son otras, tendría que cambiar totalmente mi forma de vivir y de tratar a mi esposa. No me podría  acostumbrar.

Entonces yo, buen musulmán, nacido árabe y viviendo siempre en el Medio Oriente, ví que los únicos palestinos  que viven bien son los que en 1948 se quedaron en sus casas, y ahora se consideran  “árabes israelíes” aunque nosotros los llamamos “traidores”. Los sionistas, que tan mal nos hablan de ellos, los dejan hablar en árabe, los dejan rezar en sus mezquitas, tienen trabajo de todo tipo : comerciantes, industriales, abogados, médicos y enfermeros,  estudian en las universidades, y algunos llegan a altos cargos como ser jueces, y hasta diputados con sus propios partidos árabes o en partidos de judíos; hasta alguno llegó a viceministro. Son ciudadanos, pueden tener propiedades, y ni siquiera tienen la obligación de hacer el servicio militar.   

Esta es mi gran duda actual, qué tengo que hacer?

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No soy palestino, traté por unos minutos pensar como debiera pensar un palestino de verdad. Pero ellos no lo hacen; fueron educados y son incitados a luchar y matar aunque mueran ellos y sus familiares. Se les educó en la cultura de la muerte, se les mintió siempre, se les robó y se les sigue robando. Israel está absolutamente sola para enfrentar esta situación, los gobiernos de países occidentales poderosos siguen con su ceguera, sin ver que lo que le pase a Israel, a ellos le va a pasar peor.

HASTA CUANDO?

                                                                                        Mauricio Aliskevicius

                                                                                           Rehovot – Israel